Por Luciana Olub

Hace cuatro meses un virus respiratorio tiene al mundo en vilo. La salud mundial, y también la economía, están siendo amenazadas por una enfermedad, la COVID-19, que ya se ha convertido en pandemia .

El coronavirus se originó en Wuhan, una ciudad de China, a principios de diciembre del año pasado. Desde que empezaron los contagios, el virus no dejó de propagarse alrededor del mundo. Hasta el momento hay casi 900 mil infectados en 164 países.

Sin embargo, no es la primera vez que el mundo es afectado por una epidemia. A lo largo de la historia, en muchas oportunidades la ciencia tuvo que luchar contra un enemigo invisible. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define pandemia como la propagación mundial de una nueva enfermedad. A diferencia de una epidemia, que es una enfermedad que afecta a un grupo concreto de personas en un territorio determinado, una pandemia es una epidemia que se expande por un área mucho más grande y afecta a más personas. La OMS detalla en sus comunicaciones que “se produce una pandemia de gripe cuando surge un nuevo virus gripal que se propaga por el mundo y la mayoría de las personas no tienen inmunidad contra él. Por lo común, los virus que han causado pandemias con anterioridad han provenido de virus gripales que infectan a los animales”.

Peste de Atenas

Esta fue una de las epidemias más letales de la Antigüedad, ocurrida entre 430 y 429 a.C. Una plaga se propagó entre los ciudadanos atenienses y dio lugar a la primera epidemia de la que se tiene registro.

El historiador Tucídides relató en su obra “La guerra del Peloponeso” cómo se vivió la expansión de la enfermedad. El ateniense documentó la peste a través de un relato y detalló que se había originado en Etiopía, que murieron más de 50.000 personas y que no se pudo determinar con exactitud qué tipo de peste fue.

Según Tucídides, “el individuo sentía en primer lugar violento dolor de cabeza; los ojos se volvían rojos e inflamados; la lengua y la faringe asumían aspecto sanguinolento; la respiración se tornaba irregular y el aliento fétido. Se seguían espiros y ronquidos. Poco después el dolor se localizaba en el pecho, acompañándose de tos violenta; cuando atacaba al estómago, provocaba náuseas y vómitos con regurgitación de bilis.”

Plaga de Justiniano

Es una pandemia que apareció en 541 en el imperio Bizantino y se extendió por África, Asia y Europa. Fue el primer brote de la peste bubónica y se estima que hubo entre 30 y 50 millones de víctimas, es decir, entre el 13 y el 26 por ciento de la población en el siglo VI. La plaga siguió latente aproximadamente hasta el año 750 y su nombre hace referencia al emperador romano Justiniano.

La enfermedad se contagió a los humanos a través del contacto con ratas que portaban pulgas infectadas con la peste bubónica. La ciudad más afectada fue Constantinopla (actualmente Estambul), capital del Imperio Bizantino (Imperio Romano de Oriente).

Fue una de las tres grandes pandemias de peste bubónica que han sido registradas a nivel mundial: la peste de Justiniano (541), la peste negra (1348) y la peste del siglo XIX (1854). En todos los casos se originaron en Asia y se expandieron de través de las rutas y el transporte

Los brotes de peste bubónica se caracterizan porque aparecen súbitamente, se extienden muy rápido, y la mortalidad en humanos y animales es elevada.

Peste negra

Fue la pandemia más letal de la humanidad. Desde 1347 hasta 1350 la enfermedad se expandió por todo el continente europeo y mató a 200 millones de personas, un tercio de la población mundial. Fue el segundo brote epidémico de peste bubónica.

Se estima que provenía de Asia, probablemente de la India, y que se expandió a Europa a través de contactos comerciales. La plaga se originó en las ratas y se extendió los humanos a través de pulgas. Luego de descubrir que los infectados contagiaban la enfermedad nació el concepto del aislamiento y el acordonamiento (cuarentena y protección de fronteras).

La pandemia paralizó el crecimiento demográfico y social y provocó áreas de despoblamiento. A su vez, desató una profunda crisis económica en Occidente a finales de la Edad Media.

Viruela

Es una enfermedad causada por el virus variola, que ya circulaba en Europa y Asia siglos antes de la conquista de América y que llegó a nuestro continente de la mano de los españoles que la contagiaron a los nativos. Se estima que a lo largo de la historia, la viruela ha provocado unas 56 millones de muertes.

Uno de los síntomas es la aparición de ampollas llenas de un líquido transparente que después de un tiempo caen y dejan cicatrices. El virus se transmite a través del contacto cercano con una persona infectada. Antes de erradicarse, la enfermedad causaba la muerte del 30 por ciento de los que la contraían. En 1980 se convirtió en la primera enfermedad combatida a escala mundial y erradicada gracias a la vacunación masiva.

Cólera

La OMS definió al cólera como una infección intestinal aguda causada por la ingestión de alimentos o agua contaminados por la bacteria Vibrio cholerae. Causa diarrea y vómitos y, si la enfermedad no es tratada adecuadamente, puede provocar deshidratación grave y la muerte.

Entre 1817 y 1923, murieron un millón de personas por cólera en todo el mundo. Su propagación se relaciona con el grado de desarrollo social, el nivel de higiene de cada país y el acceso al agua potable.

Actualmente, el cólera sigue siendo una amenaza para la salud pública en tanto se observan resurgimientos en algunas localidades.

Ébola

La enfermedad causada por el virus del Ébola se detectó por primera vez en 1976 en Sudán del Sur y en la República Democrática del Congo. Se transmite al ser humano a través de animales salvajes y se contagia de persona a persona a través del contacto con la sangre o los fluidos corporales; no se transmite por el aire.

Se desconoce el origen de la enfermedad, una de las teorías más avaladas por la comunidad científica indica que el Ébola ha surgido de murciélagos de la fruta. Desde que apareció el virus se registraron 26 brotes epidémicos mayoritariamente en el continente africano, donde el brote más letal fue entre 2014 y 2016. La tasa de mortalidad se estima entre el 50 y el 90 por ciento de los infectados. Aunque todavía no hay ningún tratamiento aprobado que neutralice el virus, en 2015 se elaboró una vacuna para combatirlo. Los síntomas suelen ser fiebre, dolor de garganta, dolores musculares, dolor de cabeza, vómitos y diarrea, junto con fallo hepático y renal.

VIH

El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) debilita el sistema inmunológico y provoca una baja en las defensas, lo que da lugar a la aparición de enfermedades y ataca a las células que producen anticuerpos para combatir las infecciones causadas por estos agentes externos.

El VIH puede ocasionar el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), un término que se aplica a los grados más avanzados de la infección y se define por la presencia de alguna de las más de veinte infecciones o de cánceres relacionados con el VIH. No toda persona con VIH tiene sida, pero sí toda persona que presenta un cuadro de sida tiene VIH. No existe la cura para el sida pero gracias a los tratamientos que se han desarrollado, puede sobrellevarse como una enfermedad crónica.

El virus fue detectado por primera vez en en 1981 en Estados Unidos. Los científicos consideran que se originó a partir de una mutación del virus de la inmunodeficiencia del chimpancé (llamado virus de la inmunodeficiencia simia o VIS).

A pesar de que hayan evolucionado los tratamientos y las formas de prevención, hacia fines de 2017 se contaban 36,9 millones de personas infectadas con VIH y las muertes se estimaban entre 25 y 35 millones en todo el mundo.

SARS

El Síndrome Respiratorio Agudo Grave fue la primera pandemia del siglo XXI. Es una enfermedad respiratoria viral causada por un coronavirus, y entre 2002 y 2003 se infectaron 8.098 personas y murieron 774 en 29 países de los cinco continentes.

El virus se originó en la región de Guangdong, al sur de China, y se propagó a Hong Kong y Vietnam y luego a otros países a través del traslado de personas infectadas.

El SARS se transmite a través de las gotas respiratorias que expulsa una persona infectada cuando tose o estornuda o a partir del contacto con secreciones en objetos. La enfermedad produce fiebre alta, dolor de cabeza, cansancio y dolor en el cuerpo. A mediados de 2003, la OMS anunció que la epidemia se encontraba bajo control.

Gripe A (H1N1) 

La gripe A (H1N1) es una infección respiratoria aguda que se originó a partir de la combinación de virus de las gripes aviar, porcina y humana. Por eso se la apodó “gripe porcina”. Tiene una alta tasa de contagio y se estima que ha sido causa de muerte para unas 200.000 personas, a pesar de que la mortalidad es baja, de entre el 1 y el 4 por ciento de los infectados. La pandemia surgió en 2009 en México y se expandió a Estados Unidos, Canadá, Latinoamérica y Europa. En la Argentina murieron unas 680 personas. El virus se transmite al entrar en contacto con humanos y cerdos infectados. 

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