Por Julieta Diéguez, Catalina Salgueiro, Silvia Gamarra y Sofía Poggi
La concertación arribada entre la Argentina y los principales acreedores para cerrar el canje de la deuda y su reestructuración trajo polémicas repercusiones, entre las que se destaca la posición de la izquierda política del país. En este sentido, Alejandrina Barry, legisladora porteña por el PTS Frente de Izquierda, manifestó su desconformidad con la posibilidad de evitar el noveno default, al que arribó el gobierno nacional, luego de meses de negociaciones.
“En este contexto de enorme crisis económica y social, donde más de la mitad de los niños de este país van a ser pobres cuando termine la pandemia, nos parece que es un acuerdo contra los intereses de las mayorías populares. Legitima y legaliza una deuda fraudulenta sin siquiera investigarla, que beneficia a fugadores y especuladores, dejando a 4 millones de personas en la pobreza, que la actual crisis está agudizando”, indicó sobre la opinión del bloque que conforma.
Calificó el acuerdo de ilegal y fraudulento y remarcó la imparcialidad que detectó al momento de plantearse la negociación por no tomarse en cuenta “que la deuda se adquirió en pesos pero se paga en dólares y que los sectores populares no son tenidos en cuenta, otorgándoles a los especuladores una mayor ganancia”.
La diputada afirmó que el Frente de Izquierda tiene una posición unánime de rechazo frente al convenio arribado e insistió en el desconocimiento que debería hacerse de la deuda y el corrimiento del eje en relación con las necesidades de la población argentina más vulnerable: educación, salud, vivienda y satisfacción de las necesidades básicas.
Luis Zamora, principal representante de Autodeterminación y Libertad, también expresó su rechazo al acuerdo alcanzado. Coincide con “la pérdida de la posibilidad del pueblo argentino de desconocer la deuda y que se negara a priorizar su pago con cualquier tipo de acuerdo, en el contexto mundial actual que se vio agravado por la Covid-19, a pesar de la crisis que ya estaba padeciendo el capitalismo”, a la vez que resaltó “la creciente desocupación y deterioro del salario, ya que el gobierno de Mauricio Macri en diciembre del 2019 dejo un país completamente destruido en su economía y posibilidades de crecimiento y desarrollo”, coincidiendo así con la crítica a las fuerzas opositoras y su alegría manifestada durante toda la jornada.
También, resaltó que no se escuchó a la población en su desacuerdo con el pago a entidades extranjeras como el Fondo Monetario Internacional: “Hay muchas encuestas realizadas que demostraban que el pueblo argentino estaba en contra del compromiso de pago y esto salió en los medios de comunicación y se sabía”. Aseveró que “cada dólar que es utilizado para el pago de la deuda, es un dólar que se saca para los jubilados, para mejorar los salarios, la estructura de la educación pública y la salud, reconocido por el mismo ministro de Economía, Martín Guzmán”.
La diputada por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) Romina Del Plá también se expresó a través de su cuenta de Twitter en rechazo de los resultados de la negociación entre Guzmán y los bonistas.
Desde el espacio del Nuevo MAS, el dirigente Federico Winokur señaló que este acuerdo “golpeará durísimamente a la población trabajadora ya que para afrontar los pagos acordados hoy y los que se esperan con el FMI, el gobierno tendrá que negociar reformas estructurales y de ajuste fiscal, es decir, reformas laborales y provisionales”.
Respecto de los dichos de presidente Alberto Fernández, indicó: “Es una trampa decir que el país recupera autonomía, en realidad es todo lo contrario, como la Argentina no va a poder afrontar los pagos va a tener cada vez más y más condiciones del FMI”. Así, puso en duda la capacidad del mandatario para enfrentar a las entidades que arriesgan la estabilidad financiera del país y lo acusó de “ceder a todas la presiones de los empresarios y bonistas internacionales”, mencionando el caso de Vicentin, la deuda y la flexibilización de la cuarentena.