Por F. Quarneti, M. Catalano y A. Quiroga
“¿Por qué el policía Chauvin tenía tanta animosidad contra George Floyd, que estaba debajo de su rodilla? ¿Porque Floyd era negro y Chauvin es racista? ¡NO! Porque estas dos personas se conocían, señoras y señores. Esto no es conspiración, es un dato real que los medios están ocultando”, sorprendió Juanito Say, youtuber argentino con 556 mil suscriptores en su canal.
Los discursos radicalizados abundan en las redes sociales y en páginas como 4chan, 8chan y Reddit, que suelen ser un caldo de cultivo para la propagación del racismo, el antisemitismo y la xenofobia. Por caso, un estudio de la Universidad Internacional de Valencia registró 30 mil sitios y direcciones de redes sociales que proclaman el desprecio racial y cultural.
“Debido a la barrera del anonimato, la distancia y el no tener que lidiar con consecuencias, Internet da vía libre para insultar a cualquiera”, reflexiona el escritor y periodista Juan Ruocco. Otra característica de estas plataformas es la escasez de moderadores de discurso: no hay nadie que ponga límites y establezca qué se puede decir y qué no. No hay ningún tipo de filtro. “Queda la puerta abierta para una escalada de violencia, odio y racismo. Como no hay ningún tipo de sanción pública, se rompe un tabú que socialmente estaba muy bien establecido”, sigue.
Por su parte, Alí Emmanuel Delgado, militante de Agrupación Xangó, una entidad que lucha por los derechos de los afrodescendientes en Argentina, afirma: “El racismo en Internet es una expresión sin cara de lo que es el racismo estructural. Como la gente ni sabe lo que es el racismo, habla de manera muy violenta y racista en las redes, y se ufana de ello”. Y continúa: “No es más que el discurso hegemónico, el discurso del poder. Entonces, la gente lo reproduce en la red sin tapujos”.
Además, Delgado asegura que, en este momento de rebrote de la derecha más extremista, reaccionaria y conservadora, los que pregonan estas ideas racistas se creen rebeldes: “Se venden como irreverentes, pero lo único que quieren hacer es mantener el statu quo, que es desigual e injusto”. A su vez, Ruocco sostiene que “hay una cuestión muy adolescente de chocar contra el límite y la autoridad“. “Tiene que ver con la cultura de Internet y el hecho de jugar con lo que es irónico y lo que no. También con aprovechar el clima cultural y creer que uno es transgresor por decir lo que no está permitido”, cuenta.
En tiempos de pandemia, cuando las personas se encuentran despojadas de las actividades que suelen formar parte de su rutina, muchas han recurrido a los memes para divertirse. Pero, ¿qué son los memes? Según Juan Etchegaray, comunicador y Director General de la escuela de Internet Grow, los memes son “códigos que uno sube a la red y, después, una persona lo recibe y lo codifica; nos permite descontextualizar cosas para llevarlas a otro lugar”.
El problema es cuando se convierten en grandes vectores de estos discursos de odio, reproduciéndolos y permitiendo que lleguen a muchísima gente. Al respecto, Juan Ruocco sostiene: “Los memes son, claramente, parte de una estrategia publicitaria. Son grandes comunicadores de ideas y cosmovisiones porque son sintéticos y súper ágiles. Pueden llegar a ser armas de doble filo”.