Por Agustín Lómez

Wüsüwül Wirka A Pana, o Daniel Huircapán, es profesor y traductor intérprete de su lengua, Günün a yajüch, en el Centro Universitario de Idiomas (CUI). Pertenece al pueblo Günün a küna (coloquialmente, Pampas Hets y Tehuelches septentrionales), y sostiene que su lucha comenzó cuando se cortaron los prejuicios que se habían creado en torno a la cultura y a los imaginarios colectivos. “De niños nos decían ‘tehuelches’, y creían que estábamos ‘extintos’”. Si bien reconoce que se avanzó en materia de derechos, como la inclusión de dos preguntas sobre autorreconocimiento étnico en el Censo 2022, insiste con empezar a deconstruir algunos resabios del colonialismo naturalizado. “Porque también nos identificamos como argentinos en mi pueblo indígena, de esta Argentina Plurinacional”. Este año publicó el libro “Üyüy a jüchü, La voz del viento” en el que recopila la historia narrativa (leyendas) de su pueblo.

A través del trabajo que realizaste desde el CUI, se determinó que actualmente hay trece lenguas originarias con hablantes activos en sus respectivos territorios. ¿Cómo llevaron a cabo este proceso?
—Comenzamos recopilando información e identificamos distintas situaciones: la primera fueron las lenguas que tienen “hablantes activos” de las cuales varias tienen miles de hablantes y algunas son transfronterizas, como el Quechua y el Wichí; la segunda fueron las lenguas en “revitalización” que se encuentran en distintas etapas, como lo son el Selknam y el Charrúa, entre otras, con procesos autónomos de los mismos pueblos indígenas que comienzan a dar refuncionalidad a sus lenguas propias en función de sus necesidades lingüísticas y que van acompañadas de procesos de reemergencia étnica. Finalmente, están aquellas lenguas que “no registran hablantes en la actualidad”, que vino a sustituir el viejo concepto de “lenguas extintas”, porque que no tengan hablantes es porque no hemos sabido de ellos y nada indica que no pudieran revitalizarse muchas de esas lenguas. Y lo interesante de la revitalización es que muchas de estas lenguas cuentan con sobrada documentación que permitiría comenzar con dichos procesos en conjunto con profesionales de la lingüística a fin de darles refuncionabilidad. Siempre decimos, más allá de las investigaciones realizadas, que no está todo dicho al respecto de las lenguas y es necesario profundizar en cada una de ellas de una manera exhaustiva.

La creación de emojis en lenguas indígenas, con personajes como el ogro Shrek, también formó parte del método para facilitar el aprendizaje a los niños. ¿Qué rol ocuparon las nuevas tecnologías?
—Cuando terminó la sistematización de nuestra lengua propia, entró en juego el uso de las nuevas tecnologías, por eso hicimos un montón de emojis de WhatsApp, como Shrek o Kung Fu Panda, que tienen arriba las palabras en Günün a yajüch, y abajo lo que significa junto a un dibujo alusivo como un método de asociación de imagen y palabra para facilitar la incorporación de la lengua en el cotidiano. Porque hacemos los materiales pensando en que, si los niños los toman, los mayores con más razón los van a agarrar. La verdad es que tuvo un resultado realmente positivo entre nosotros, y también entre quienes se interesan por nuestra lengua dando paso a que ella se incorpore al mundo virtual y las redes sociales, debido a que ambas herramientas nos permiten implementar nuevas formas de trasmisión de los conocimientos tradicionales.

En 2006 se sancionó la Ley de Educación Intercultural Bilingüe (EIB) para garantizar el derecho de los pueblos originarios a recibir una educación que contribuya a preservar su identidad étnica, su lengua y su cultura en los niveles inicial, primaria y secundaria. ¿Todas las provincias cumplen con esta normativa?
—Si bien no se ha podido implementar en todas las provincias, hay algunas que de alguna manera han liderado el camino, como Chaco y Chubut. En esta última, se logró reconocer las lenguas indígenas territoriales y las lenguas indígenas migrantes, porque tenemos una población migrante muy grande en la provincia. Incluso escuelas con una alta matrícula de alumnos indígenas y hasta monolingües. Es importante que se respete la ley porque entendemos que existen dos formas de educación: la formal para todos a través de la EIB, y la autónoma, que es la propia que brindamos transgeneracionalmente, como lo hicieron nuestros mayores.

Además es importante dar a conocer que hay palabras, como mate o carpincho, por ejemplo, que provienen de las lenguas indígenas porque el español que hablamos está totalmente atravesado por ellas.
—Todos utilizamos muchas palabras de diferentes lenguas sin darnos cuenta de que lo son, como papa, pampa, pucho, puma, choclo o maíz, que provienen del Quechua. Cuando les pregunto: “¿Qué palabra conocen ustedes de mi pueblo? Gualicho”. Y responden “¡sí!”, porque ese término se naturalizó de tal forma que hoy todos saben lo que es. Y forma parte de la cultura hasta verlo en las chacareras, y en el tango, pero viene de nuestro pueblo porque las lenguas indígenas están más presentes de lo que somos conscientes. Entonces es cuando empieza a reaccionar la gente, porque el conocido hablar “argentino” es pluricultural y plurilingüístico.

Foto: El Obrador Centro Creativo