Por Mariano Malkind

Nayib Bukele, presidente de El Salvador, anunció la semana pasada que será candidato a la cargo Ejecutivo en las elecciones de 2024, a pesar de que la Constitución prohíbe la reelección inmediata.

Bukele, de 40 años, se convirtió en presidente del país centroamericano en 2019 y se transformó en la herramienta que la mayoría de la población salvadoreña encontró para romper con el bipartidismo de casi 30 años entre la fuerza liberal de derecha “Arena” y la de centro izquierda “Frente Farabundo Martí”, que proviene de la guerrilla en la década de 1980. “Bukele, un personaje outsider, representó un voto castigo para la izquierda”, opina Mariano Rosa, analista especializado en Centroamérica.

A partir de ahí, se consolidó el perfil de un joven dirigente con un discurso modernizador y combativo. “Los principales ejes de su campaña han sido la lucha contra las pandillas, que son una mafia enorme en El Salvador; la eliminación de la casta política y su figura de joven moderno que utiliza las redes sociales y que promovió el uso de las criptomonedas”, explica Rosa. 

Luego de tres años de gestión, se fue perfilando un marco de continuidad en lo económico capitalista, pero aplicando un marcado autoritarismo en sus políticas. Bukele tiene 64 diputados afines contra 20 de toda la oposición en conjunto. “En el último periodo hizo aprobar leyes de excepción, transformándose en un régimen muy autoritario. Violó todo tipo de derechos humanos, lo que por un lado elevó su aprobación popular, pero por otro consolidó un régimen de prohibición de libertades básicas muy tremendo”, detalla. 

El suyo se define como un gobierno de matriz capitalista que sostiene niveles de aprobación bastante altos, pero muy criticado por sus posturas totalitarias. En mayo de 2021, con la colaboración del Congreso, donde el partido de Bukele tiene la mayoría, el mandatario expulsó a cinco jueces de la Corte Suprema de Justicia. Unos meses después, dicha sala emitió una resolución que autorizaba la reelección inmediata.

Edición: Lucía Bejar