Por Mariano Malkind

Cuando Rusia comenzó la invasión a Ucrania el 24 de febrero último, la mayoría de los analistas, políticos y periodistas pronosticaban una rápida victoria del gobierno de Vladímir Putin. Incluso algunos se animaban a afirmar que la guerra solo duraría unas semanas. Sin embargo, ya pasaron casi siete meses y el conflicto se encuentra en un estancamiento del cual parece no salir

Al principio, los ataques fueron exitosos y las tropas rusas ocuparon parte del territorio ucraniano en el este, desde donde siguen avanzando lentamente. También en el sur, donde parece haberse atrincherado para consolidar su control sobre buena parte de la costa de Ucrania. 

Pero actualmente las contraofensivas ucranianas son las que van recuperando cada vez más terreno. Según el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, las fuerzas ucranianas recuperaron 6.000 kilómetros cuadrados de territorio.

A pesar de los avances ucranianos en las últimas semanas, está bastante claro que el país que preside Zelenski precisa ayuda económica. “Ucrania depende de la OTAN desde desde el inicio de la guerra en Dombás y la anexión de Crimea en 2014. Si no hubiese sido por su aporte, la guerra habría terminado hace mucho tiempo”, explicó Ignacio Hutin, periodista y autor del libro “Ucrania. Crónica desde el frente”, que estuvo en el escenario de batalla. 

Pero la OTAN conoce sus límites y sabe que involucrarse en el conflicto no sería conveniente para nadie. “Puede seguir enviando armas y dinero, pero bajo ningún punto de vista se puede involucrar abiertamente en una guerra contra Rusia, a pesar de ser la alianza militar más grande del mundo”, detalla Hutin. 

El analista explica que Rusia tiene más de 6.000 ojivas nucleares, por lo que una guerra con la OTAN sería terrible para todo el planeta. “El límite es el uso de armamento nuclear. Si Putin utiliza armas nucleares, la OTAN va a estar obligada a involucrarse, pero actualmente lo está evitando a toda costa, añadió.

Además de la influencia de la OTAN en la guerra, al Kremlin se le suma otro problema vital dentro de su estructura: la desmotivación y el desentendimiento de sus propios soldados ante el fracaso de sus operaciones.

En conclusión, lo más probable es que en algún momento esta guerra se estanque y termine en un conflicto congelado. Pero según Hutin, “todo depende de Rusia”. “Si Ucrania continúa tomando territorio existe la posibilidad de que Rusia utilice armamento atómico. Sin embargo, Putin lo va a pensar muchísimo antes de tirar una bomba nuclear sobre Kiev”, indica.

Así y todo, el especialista previene sobre la posibilidad de que Putin, por algún motivo, deje su cargo y asuma una persona sin experiencia: “De Putin se pueden decir muchas cosas, pero lleva 22 años en el poder de una de las mayores potencias militares del mundo, tiene demasiada experiencia política”.

Por último, habló sobre un hipotético final de la guerra y el futuro que podrían llegar a tener los presidentes de ambos países: “Putin va a terminar con esta operación el día que tenga algo que pueda presentar puertas adentro como una victoria, y Rusia está reclutando soldados para ponerlos activos el 1 de enero. Ninguno de los bandos tiene previsto un alto al fuego, y parece que la desescalada será a largo plazo. Zelenski se convirtió en el líder mítico de la resistencia, es un personaje eficiente a nivel mediático y narrativo. De acá a diez o quince años le van a hacer monumentos”.

Edición: Emiliano Attadía y Matías Arcapalo