Por Emma Coria Maiorano

“La segunda y actual ola se está abusando de este país y lo que les puede ofrecer”, dice Vasiliy Komendant, director de cine y cantante ruso que actualmente vive en la Argentina. Entre 2022 y lo que va de 2023, llegaron más de 34 mil inmigrantes de esa nacionalidad, pero solo la cuarta parte se quedó.

En marzo del año pasado comenzó la primera ola migratoria, que se extendió hasta septiembre; luego se generó la segunda, en el marco de la Military Mobilization en Rusia, el proceso que obligó a los varones a ir a la guerra. Cuando se anunció esta medida, se creyó que el gobierno ruso cerraría las fronteras. Como esto no sucedió, quienes tuvieron la posibilidad económica emigraron a otro país. La primera ola representa el sector de la protesta que es anti-Putin, anti-guerra, también conocida como la migración de conciencia. En cambio, la segunda evita participar de la guerra y escapa de la movilización militar. Muchos están a favor de Putin y sus políticas, pero no quieren morir”, explica Komendant. 

No había muchos países que estuvieran dispuestos a recibir a la comunidad rusa y ofrecerles la ciudadanía, Argentina fue uno de los pocos, explica Irina, ciudadana rusa que pidió reservar su identidad por razones de seguridad. Actualmente, los rusos tienen dificultad para tramitar la visa que les permitiría ingresar a Estados Unidos y circular por la Unión Europea. La Argentina, en cambio, no tiene estos impedimentos y permite ingresar a su territorio a ciudadanos de 171 países, sin necesidad de visa. Según la Dirección Nacional de Migraciones (DNM), cualquier persona que tenga vigente la residencia permanente o temporaria puede realizar los trámites para la documentación argentina.

Frente a la gran oleada de inmigrantes y antes de otorgar residencias, la DNM lleva a cabo estudios socioambientales para comprobar si quienes ingresan realmente tienen planeado quedarse en el país. “Lo que quieren (los ciudadanos rusos) es evitar las sanciones, sacar la ciudadanía argentina y huir a Occidente. No tienen ningún proyecto argentino ni de largo ni de mediano plazo, sólo sacar el beneficio e irse”, detalla Komendant sobre la segunda ola migratoria. Según los registros de la DNM, de los 34 mil rusos que habían ingresado, se quedaron en Argentina 9 mil y se adjudicaron más de 500 residencias permanentes y 400 temporarias.

Meses atrás, el fenómeno del pasaporte argentino se reflejó en el Baby Boom que se generó en el país: aproximadamente 3 mil mujeres rusas eligieron Argentina como lugar de nacimiento para sus hijos ya que, si nacen en el país, automáticamente se convierten en ciudadanos y obtienen el pasaporte. De esta forma, para los padres es más accesible conseguir los documentos.

Irina explica que, además del fácil acceso a la ciudadanía, los rusos eligen el país porque consideran que los impuestos son bajos y se les permite trabajar como freelancers. Incluso, el sector de información sobre la inmigración de las redes de la oposición rusa incluye contenido sobre Argentina: “Se pueden encontrar desde videos donde los rusos cuentan su experiencia siendo inmigrantes hasta contenido educacional sobre la historia del país”, detalla Irina, y agrega que, quienes emigran, tienen como objetivo irse para siempre, entonces eligen un lugar en el que sienten que pueden pertenecer. 

ARGENTINA, UN HOGAR TEMPORAL PARA LOS UCRANIANOS  

“Los ucranianos que escapan y emigran a la Argentina tienen la idea de regresar a su país terminada la guerra provocada por la Federación Rusa”, explica Constantino Holik, referente de la Asociación Ucraniana Renacimiento Filial Avellaneda sobre la inmigración proveniente de ese país que, aunque en comparación con la rusa es menor, también elige al país para vivir temporalmente. 

La comunidad ucraniana en la Argentina considera que la política local está alineada con Rusia y que la información que circula se tergiversa: “Hace poco, la Televisión Pública puso en duda que la explosión de la represa de Kahovka hubiera sido provocada por Rusia, dando información de que fue obra de los ucranianos. La embajada ucraniana en Argentina presentó una carta a Rosario Lufrano, la directora del canal, pidiendo que se retractara de los dichos”, detalla el referente de la Asociación Ucraniana Renacimiento. Además agrega que la diáspora ucraniana, en cambio, se sintió apoyada por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires desde el comienzo de la guerra, ya que facilitaron en todo momento las marchas, manifestaciones y protestas de la comunidad.

Edición: Camila Mitre