Por Emma Coria Maiorano

Elena sabe es una de las películas protagonistas de la 38ª edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Dirigida por Anahí Berneri y protagonizada por Mercedes Morán, Erica Rivas, Miranda de la Serna y Mercedes Scápola, la adaptación del best-seller homónimo de Claudia Piñeiro tuvo su estreno mundial en el marco de la Competencia Internacional del evento costero. Fue el paso previo a su lanzamiento en salas, pautado para el 16 de noviembre, y en la plataforma Netflix, donde podrá verse desde el 24 de noviembre.

Antes de que comenzara la proyección, las protagonistas y la directora subieron al escenario del Teatro Auditórium para saludar y agradecer al público que, al igual que en las otras dos funciones, había agotado las entradas. “Aquí estamos, resistimos”, dijo Mercedes Morán respecto de la situación actual del cine nacional y del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, que Javier Milei prometió cerrar en caso de llegar la presidencia. El INCAA cuenta con un presupuesto que para muchas producciones no es suficiente. “No encontramos mejor ocasión para estrenar”, agregó la actriz, en referencia a que el tópico central de esta edición son los cuarenta años de democracia.

El elenco, la directora y la productora subieron al escenario para agradecer la presencia del público.

Estoy muy feliz porque es una película de madres e hijas. Me hace pensar en qué es la maternidad. No son solo los vínculos de madre e hijas, sino que es cuidar, es maternar”, dijo Rivas antes de que se encendiera el proyector. En esta historia sobre la maternidad trabajan Miranda de la Serna y Mercedes Scápola, las hijas de Rivas y Morán, respectivamente. Después de agradecer, el elenco y la directora bajaron del escenario y ocuparon sus lugares en las filas reservadas para los integrantes de la producción. Ya con las luces apagadas, apareció en pantalla la publicidad del festival que remarca la temática de este año: “Cultura, memoria, verdad y justicia”. El silencio se interrumpió con aplausos.

El largometraje se centra en Elena, una mujer que sufre Parkinson, enfermedad que la sorprendió y le dio vuelta la vida. Sin embargo, cuando cree que ya vivió lo peor, su hija Rita es encontrada muerta en el campanario de la iglesia del barrio. Mientras todos afirman que fue un suicidio, ella considera firmemente que hay otra respuesta. Pero Elena no sabe nada. En la búsqueda por la verdad se da cuenta de que no logró cuidarla, a pesar de ser su madre.

Elena sabe tuvo tres proyecciones a sala llena.

Cuando finalizó el largometraje, la sala continuó en silencio por unos segundos, pero enseguida aparecieron los aplausos. El público manifestó diferentes sensaciones, pero la emoción predominó: eran las mujeres quienes se secaban las lágrimas con un pañuelo, se quedaban sentadas unos segundos en sus butacas y después se paraban. La mayoría no se dirigió a la salida, sino hacia donde todavía estaban sentadas las protagonistas. Pocas llegaron a saludarlas; quienes pudieron les tomaron las manos a Rivas y Morán y les agradecieron lo que generaron.

La película desafía los estereotipos de la mujer y desromantiza la maternidad. No todas las mujeres quieren ser madres, no todas las mamás son madres. Elena sabe narra la historia de una mujer fría y dura que en la peor situación de su vida choca con la realidad y se enfrenta con ella misma. La adaptación del libro de Piñeiro pisó fuerte en el festival marplatense, que durante esta semana exhibe más de 150 películas de todo el mundo y reafirma la importancia de la cultura en el país.