Por Francisco Declich y Fiorella Pontoriero

El 11 de noviembre de 2018 se lanzó Antezana 247, el primer LP de YSY A como solista. Esta obra marcó un antes y un después en la música urbana argentina: impulsó toda una nueva generación de artistas con un sonido novedoso y fue un gran paso hacia la profesionalización del trap local. El álbum fue producido musicalmente por NEUEN Arte –específicamente, Oniria y Yesan– y contó con las colaboraciones de Duki, Neo Pistea, Obie Wanshot y Marcianos Crew.

Un año antes de su lanzamiento, se cerró un capítulo en la historia de Alejo (YSY A). Fue cuando dio por finalizado El Quinto Escalón en un histórico show en el microestadio Malvinas Argentinas. Esta competencia de plaza, que había creado y organizado por años, fue un fenómeno para el rap en español no sólo por su convocatoria y su legado cultural, sino por la cantidad de artistas de renombre que adquirieron popularidad a partir de haber participado (Paulo Londra, Duki y Wos, entre otros). Una vez terminado, YSY A, con sólo 19 años, se distanció de su anterior grupo, La Cofradía, y se acercó a Duki y Neo Pistea, con los que conformaría #MODODIABLO. Los tres ganaron una popularidad instantánea, especialmente por las canciones de Duki, y decidieron mudarse juntos a una casa que bautizaron “La mansión”, en el barrio de Caballito, en la calle Antezana 247.

Entre 2017 y 2018, el grupo experimentó un proceso de transformación acelerada. Mientras sus integrantes estaban en una etapa creativa de alto vuelo, vivían en un contexto dominado por los excesos. Entraron en contacto con las grandes productoras, las primeras joyas, las sustancias, los éxitos musicales, el furor social y el dinero. “La mansión” era el escenario de esa vorágine. En aquel verano, el grupo hizo una gira con récord de shows por la costa argentina, a la que le siguió otra por España. #MODODIABLO no paraba. Sacaron varias canciones que se volvieron clásicos de la cultura del trap, como “She Don’t Give a FO”, “Quavo” e “Hijo de la noche”, entre muchísimas otras.

Antezana 247 nació originalmente como un proyecto del grupo con NEUEN Arte, pero ante la dificultad que implicaba juntarse, YSY A puso manos a la obra. La idea era contar lo que habían experimentando en los últimos años –demasiado en poco tiempo– y, especialmente, lo vivido en ese lugar. En paralelo, estaba la búsqueda de un sonido futurista y revolucionario para la escena del trap argentino.

De izquierda a derecha: Neo Pistea, C.R.O., Duki y Coqeéin Montana. Los cuatro son grandes exponentes del trap nacional y pioneros del movimiento.

El álbum comienza con una breve “Bienvenida” a “La mansión”. “Venite, amigo, venite a conocer la casa, venite ahora”, dice YSY en un audio de Whatsapp, modalidad que acompaña toda la narrativa de la obra. Inmediatamente después aparece la voz de Mufasa, el otro organizador de El Quinto Escalón, despidiendo a la competencia, mientras suenan las primeras notas de “Hidro” e YSY dice, casi inaudible: “Tengo el flow de un jodido n*gga”. Ahí comienza el primer verso y toda la locura que es Antezana 247.

LOS DIFERENTES EJES PARA ABORDAR EL ÁLBUM

La competencia es uno de los tópicos más frecuentes en las canciones de rap, y las de este disco no son la excepción. YSY A se jactaba de traer un sonido diferente, algo que junto a Oniria y Yesan se esforzaron mucho por conseguir. Él sentía que estaba llevando el género al siguiente nivel y que su obra no sólo era un gran trabajo, sino también la culminación de años como parte de la cultura del hip-hop argentino. “Tu forma de hablar me suena conocida; mismos flows y mismas rimas”, “Todas esas bandas están de moda, sólo es cuestión de horas: vinimos a bajar a todas” y “Los kilos de ropa son simples disfraces, más que tu grupo mejoren sus frases; yo con mi edad haciendo todo lo que no hacen” son algunos versos característicos de este tipo de canciones.

La autogestión, el esfuerzo y la independencia son valores presentes en cada obra de YSY A, quien a lo largo de su carrera ha trabajado para reivindicarlos y tomarlos como parte de su impronta como artista. Él afirma que eligió hacer “2 más 2” cuando otros estaban multiplicando, pero de todas formas llegó a mil. Un verso en el que toma este recurso es “Puse un barquito en un río, rodeado’ de navíos, ma’, el mundo ahora es mío (…) Tu mierda de money no va a censurar la verdad de los guacho’ atrevido”.

El sonido no sólo se caracterizaba por sus innovaciones técnicas, sino también creativas. El productor colombiano Oniria, con una formación más cercana al post-dubstep y la electrónica, dijo que su objetivo en este álbum fue fusionar elementos novedosos” con sus raíces. “En ‘Linaje incorporé ritmos de salsa colombiana, mientras que en ‘Muevelo’ utilicé una muestra de una cumbia clásica de Medellín. Sin embargo, en ‘Tamo loco’ me incliné por una dirección más intensa del dubstep, destacando la presencia de los graves”, explicó. Los coros de “Enamorada del diablo” o los cambios de ritmo de “Tragos fuertes” son otros elementos que vuelven notable la producción musical del disco.

El relato de distintas realidades vividas, otro tema propio del género, está fuertemente presente en todo el LP. De alguna forma, contar lo vivido es la premisa principal de la obra. “La pastilla después del café, un porro y una botella. So loco, vida de estrella”, dice Duki en “Vuelta a la Luna”, tal vez la canción que mejor retrata la vida desenfrenada que los sobrepasaba cada vez más. El estribillo refleja crudamente un estado de vulnerabilidad: “Y sigo dando la vuelta a la Luna, poppin’ pills para matar mis dudas, expuesto al cuervo como carne cruda, mi diablo interno ya no me es de ayuda”.

YSY A, pionero del trap, dará su primer show en un estadio de fútbol.

El otro gran ejemplo de esta rama letrística es “No sé”, que cuenta también con la colaboración de Duki. En este caso, no se la encara desde el sufrimiento, sino desde la aventura que significaban las sustancias y estar con muchas mujeres. Cuando YSY dice “Una flaca en bolas preparando un dólar pa’ bailar conmigo. Le llevé a la boca la nieve y a la loca le encantó lo frío”, manifiesta su consumo y sus relaciones con un lenguaje lunfardo y metáforas explícitas sin sentir ningún tipo de pudor.

Lo explícito de las letras es síntoma de que buscaban llevar al extremo la idea que se tenía de ellos como jóvenes músicos para traer una reflexión. “Acá hay almuerzo para cuatro pero droga pa’ diez”, o “Cenando porro, combo vegetariano” son frases interpretables como un retrato de tres adolescentes enredados en una vida de excesos y malas decisiones, pero con un grado de exageración que permitió, en otras instancias, hacer una autocrítica sobre lo que eso significaba. Esta revisión de los hechos acompaña la segunda idea principal del disco. YSY no sólo cuenta lo que les venía sucediendo, sino que marca una diferencia temporal con aquel que se dejaba influenciar por esta vida de tentaciones. 

YSY A expone en “Tamo loco” algunas situaciones que ya no iba a aceptar: “Salieron del 246 con ganas de volverse a enfiestar con nosotros. Nunca te vi en el hood, no te conozco. La mansión no acepta más ciertos rostros. Ahora entiende que las sustancias, las mujeres, las joyas, la popularidad, los “amigos del campeón” o el dinero a la larga son peligrosos. Alejo, el chico detrás de YSY, contó que al final del videoclip se muestra el cierre de una etapa: “Hay niños dejando juguetes en una lápida, una metáfora de nosotros dejando ese lugar y quedando huérfanos sin ese monstruo, que es como tu madre. Vivías ahí adentro, contaste un montón de cosas, pero ahora no está más; tenés que evolucionar, y eso es lo interesante de la vida”. La tumba con los juguetes encima fue la imagen elegida como la tapa del disco para reforzar este mensaje. 

La tapa del mítico disco de trap argentino.

De la misma manera que se representa el cambio de la adolescencia a la adultez de Alejo –que ya tenía su dinero, su independencia, sus problemas, un hijo y muchas responsabilidades–, también se muestra la transformación de un pibe que organizaba competiciones y hacía canciones a un músico consolidado. Antezana 247, el primer gran álbum de trap argentino, fue la base para que muchos otros músicos del género se animaran a encarar el desafío del LP y a no conformarse únicamente con el lanzamiento de singles. Es por eso que se lo puede considerar el disco pilar del trap argentino: para los protagonistas del movimiento significó dejar de improvisar y empezar a hacer obras musicales con fuertes ideas detrás y un equipo de trabajo preparado al servicio de un proceso llevado a cabo de manera profesional. 

Al embarcarse en la aventura de ponerle cimientos al trap, YSY A consiguió construir una sólida base de seguidores que vieron en él a alguien que venía a hacer música en serio. Hasta ese momento no parecía ser el protagonista de la historia para el público en general, que solía decantarse por Duki. En este disco demostró de lo que era capaz y todo lo que tenía para decir. “El quiebre venía con esta música que estábamos empezando a sacar y la idea de que había que lanzar discos, formar una escena musical y hacer shows grandes en lugares históricos. En un momento eso no era posible y había que estar ahí diciéndoles a la gente y a los músicos que ese es el camino que va”, dijo Alejo, quien lleva cinco años consecutivos lanzando un disco cada 11 de noviembre. El más reciente es El after del after. YSY tiene también una marca de ropa, un cómic sobre su vida y su propio sello discográfico, Sponsor Dios. Además, el 17 de diciembre dará su primer recital en un estadio de fútbol, el Tomás Adolfo Ducó, de Huracán. 

Podría decirse que Antezana 247 fue la gran obra que hizo a YSY A uno de los artistas más relevantes de la música nacional de los últimos tiempos. Pero él diría que no, que fue otro paso más en el camino del artista y que le queda mucho por recorrer. De cualquier forma, es un innovador del trap que siempre busca diferenciarse de lo que hace el resto. Es de esperar que siga haciéndolo en el futuro.