Mía Baldi y Martina Fernández Souto

En las redacciones de hoy, las mujeres ya no son una excepción pero siguen siendo una minoría en los puestos de poder. Aunque lideran coberturas y marcan agenda, sus nombres aún escasean en las direcciones de medios. El rol de la mujer en el periodismo cambió, pero la igualdad plena es todavía una meta por alcanzar.

Para las periodistas, ser valoradas profesionalmente no fue algo fácil en un ambiente donde predominaban los hombres. Más allá de mostrar su talento, tuvieron que romper con las ideas preconcebidas que las invisibilizaban.

La periodista y locutora Verónica Carelli expresó que todavía falta mucho por alcanzar la igualdad en los medios de comunicación, ya que no hay equidad por más que en muchas pantallas se intenta igualar la cantidad de hombres y mujeres. “Hay cosas que cambiaron, pero otras no tanto. La ley de cupo femenino es algo que se ignora completamente, entonces hay que ver qué es lo que hace la mujer frente a una pantalla o en la radio, es aquella que cuenta algo interesante, tiene para opinar o simplemente da el clima, el tránsito, baila un rato, muestra las piernas y tiene alguna que otra cosa para contar”, ejemplificó Carelli.

Uno de los obstáculos más grandes que viven las mujeres es el equilibrio entre su labor periodística y la maternidad. En general algunos espacios de trabajo no cuentan con medidas que apoyen a las madres. “Hoy soy madre y tuve mi licencia por maternidad pero si quiero volver a trabajar, ¿tengo un lugar donde puedo extraerme leche? Solo el 8 por ciento de las redacciones o de las empresas tienen lugares donde las mujeres nos podemos extraer leche, donde podemos refrigerar la leche para nuestros bebé. Todo eso nos influye”, contó la periodista.

Según un estudio de Amnistía Internacional, el 63,5 por ciento de las periodistas mujeres fueron víctimas de algún tipo de violencia digital en los últimos seis años. Entre ellas, un 98,3 por ciento sufrieron insultos y un 85,6 fueron víctimas de hostigamiento. Además, un 45,9 por ciento vivió acoso sexual o amenazas de violencia sexual, y un 44, amenazas de violencia física.

La periodista y delegada de SiPreBA Andrea Delfino evocó una experiencia personal: “Volví de mi licencia por matrimonio y el jefe de redacción me ofrece cubrir un encuentro internacional en Bariloche, diez días. Había que salir al otro día. Digo que sí, y automáticamente el jefe pregunta: ‘¿No le vas a preguntar a tu marido?’ A lo que conteste: ‘Obvio que le voy a avisar’. Ciertamente la propuesta del viaje buscaba corroborar si yo aun casada iba a estar disponible para hacer coberturas“.

Deborah de Urieta, periodista acreditada en el Congreso relató: “En un trabajo puntual me comparaba con gente que estaba a la misma altura que yo, y solo a mí me mandaban a hacer más cosas o me tiraban los muertos y me amenazaban diciendo ‘si no hacés esto te sacamos de Política’“.

Por otro lado, la productora de podcasts Andrea Cukier refirió: “Me tocó vivir situaciones de acoso verbal con comentarios desubicados hacia mí”. Y llamó a “romper con los estereotipos de género y que las mujeres puedan tener los mismos espacios que los varones en todo tipo de temáticas y no subestimar la capacidad de las mujeres para tratar ciertos temas”.

A partir de un informe del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), una amplia mayoría de mujeres, 200 de 215, reveló que existen barreras específicas que dificultan su ascenso a puestos de liderazgo en los medios.

“Cuando era niña empecé a escuchar radio, me acuerdo de que la mujer estaba destinada a ser la locutora pasaba los avisos comerciales y nada más. Los conductores eran hombres, las secciones de deportes, política o economía estaban destinadas a los hombres”, contó la periodista y locutora Bárbara Arroyo.

En el ámbito del periodismo deportivo, la mayoría de los periodistas son de género masculino. Según un informe del Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión, las mujeres representan un numero relativamente bajo, solo el 10 por ciento en radio y en televisión.

La desigualdad no es una percepción, es una realidad que enfrentan las mujeres día a día, junto a la constante lucha por mejorar las condiciones laborales, que tengan en cuenta la maternidad y que contemplen derechos básicos sin que haya distinción por género, ya que solo el 28,37 por ciento de las 215 encuestadas por FOPEA ocupan cargos jerárquicos, además de una diferencia salarial donde sienten que ganan menos que sus colegas varones por el mismo trabajo.

Las cifras muestran que todavía hay mucho por hacer, pero también reflejan el camino recorrido que comenzó con la primera mujer periodista, Petrona Rosende de la Sierra, quien dirigió y fundó en 1830 el primer periódico femenino en Sudamérica, La Aljaba. No solo ejerció el periodismo, sino que también impulsó debates sobre derechos de las mujeres, la participación social y especialmente la educación, ya que era una época donde muchas mujeres no sabían leer ni escribir.

El trabajo de la mujer, muchas veces en contextos adversos, demuestra que la transformación es posible y que el periodismo puede avanzar hacia una verdadera equidad.