Por Tomás Graham Dello Russo
Con más de treinta años de carrera en la moda, Valeria Mazza es, además de una modelo internacional, empresaria, influencer, docente, militante solidaria, esposa y madre. Llegó a Buenos Aires desde Paraná, Entre Ríos, para iniciar sus estudios en Terapia Ocupacional, al mismo tiempo que comenzó a desfilar. Para afianzar su carrera se instaló en Europa, donde trabajó para los más prestigiosos diseñadores internacionales. Además, fue presentadora televisiva de MTV durante tres temporadas y condujo los programas con mayores niveles de audiencia de Italia.
Con fuerte vocación social, participa de distintas organizaciones y ONG: es madrina de Nuevas Olimpíadas Especiales y colabora en el área pediátrica del Hospital Universitario Austral de Buenos Aires. Desde que arrancó la pandemia, y mientras sigue criando a sus cuatro hijos y dirigiendo sus empresas (la línea de anteojos Valeria Mazza Design y de perfumes VM beauty), hace vivos de Instagram desde los que convoca a participar de actividades benéficas. Además, es Directora Académica de la carrera Comunicación de Moda y del programa Modelo Profesional en la Facultad de Diseño y Comunicación de la Universidad de Palermo de Buenos Aires.
Tres propuestas pospandemia
* Mejorar la forma de realizar compras on line a través de apps más avanzadas que permitan mostrar cómo quedarían las prendas en los clientes mediante el uso de técnicas 3D y con solo cargar una foto de cuerpo entero. Esta nueva forma de comprar permitirá respetar en forma estricta la Ley de Talles estandarizados, vigente desde el año pasado.
* Mejorar los protocolos de acceso a los locales para probarse las prendas -cosa que hoy no se puede realizar por la pandemia-, que luego deberán ser correctamente sanitizadas.
* Bajar los costos de producción en telas argentinas, a través de disminución de impuestos, para abrir las ventas al mercado local sin necesidad de importar materia prima, como ocurría antes del cierre de las fronteras. Esto sería un factor de reactivación económica e impediría la falta de material de producción que se ve principalmente en los mercados del interior. Dado que la mayoría de las compras textiles se realizan en el AMBA, la región más afectada por la pandemia, los comerciantes de las provincias que deben abastecerse de nueva mercadería tienen serias dificultades para entrar y volver a sus lugares de origen, como lo hacían en el pasado. Es por ello que, en el futuro, se debe fomentar la descentralización de los mercados de la moda.