Por M. Lima Capitao
Cambiemos tiene una tendencia a mejorar su performance durante una campaña electoral luego de las PASO: así pasó en el 2015 y en el 2017. Esa tendencia se volvió a repetir entre las PASO y las elecciones generales de 2019, pero no fue suficiente para que la coalición accediera al ballotage. Esta vez, se enfrentó a un peronismo más unido, que fue la clave del triunfo del Frente de Todos, más allá de su estancamiento en cantidad de votos con relación a las primarias de agosto pasado. Así lo manifestaron distintos analistas políticos consultados por Diario Publicable.
Luis Tonelli, director de la carrera Ciencia Política en la Universidad de Buenos Aires, escribió en Twitter: “El peronismo no es la mitad mas uno. Es ´solo´ el 48%. Obtuvo lo mismo que sacó Daniel Scioli en el 2015 (pero esta vez, de entradita nomás)“. El consultor político Ricardo Rouvier opinó: “El triunfo del Frente de Todos se fundamenta en la unidad del peronismo, sin eso el resultado electoral no hubiera sido el mismo. El Frente es una alianza entre diversos sectores del panperonismo, por lo tanto tiene la heterogeneidad propia de un frente, y requiere de espacios y de una agenda de debate y una dirección que debería estar en manos del presidente electo Alberto Fernández“.
Para su colega Carlos Fara, es importante cómo terminó el resultado de las elecciones del domingo, “sobre todo por la consecuencia que tiene sobre la composición de las Cámaras, en particular la de Diputados, ya que le da menos autonomía a Alberto y lo obliga a hacer una lectura más fina y cautelosa de la demanda de la sociedad“.
Que el Frente de Todos haya ganado los comicios no fue una sorpresa para los encuestadores y consultores políticos, lo que les impactó fue el resultado final (48,10% para el Frente de Todos y 40,37% para Juntos Por el Cambio), ya que sus sondeos daban resultados diferentes. Un ejemplo es el realizado por la consultora Federico González y Asociados, basado en encuestas presenciales y telefónicas a 1.800 personas entre el 14 y 17 de octubre, según el cual la fórmula Fernández-Fernández ganaría con el 54% de los votos, mientras que Macri-Pichetto obtendría el 31,5%. Otra encuesta similar fue la de Raúl Aragón y Asociados, quien analizó la intención de voto de 2.003 personas entre el 21 y 26 de este mes, y que como resultado también marcó una diferencia de 20 puntos a favor del Frente de Todos.
Sin embargo, Juntos por el Cambio no perdió votantes durante su campaña bajo el lema #SíSePuede, sino que ganó un poco más de 2,3 millones de votos en comparación con las PASO de agosto (en las que obtuvo el 32,9%, un total de 8.121.689 de votos). Mientras que el Frente de Todos solo ganó 267.771 votos más que en la primarias.
“Como sucedió en 2015, hubo mayor participación en las generales que en las PASO, lo que hace que la mayor parte de ese voto que no estaba vaya al macrismo y eso expandió su pedazo de la torta. Lo benefició brutalmente en la proporción, a Macri lo votaron 2 millones de personas más, mientras que a Alberto solo 200 mil. Los otros candidatos perdieron espacio, por lo que relativamente Macri fue el que mejor desempeño tuvo en la elección más allá de la derrota. Está claro que él conduce la mitad y que Fernández tocó su techo en agosto. Además, muestra que hay un porcentaje de voto no politizado que en las PASO se quedó en su casa pero después sintoniza mejor con los códigos de Cambiemos“, manifestó Fara.
Por su parte, Rouvier comentó que “en el oficialismo hubo un cambio estratégico de campaña a partir de las PASO, pasando a un estilo más agresivo y un tipo de campaña más tradicional aparte de las redes. En cambio, el Frente adoptó una posición más defensiva jugando al contragolpe. Macri planteó la elección como si fuera un ballotage y logró extraer votos de los terceros partidos. Bajaron su caudal Lavagna, Espert y Gómez Centurión, y esto conformó los 2,3 millones de votos más que había obtenido en las PASO“.
Pero la sorpresa no termina en los números en todo el país, sino que en algunas provincias donde el oficialismo había perdido durante las PASO, en estas elecciones el resultado se dio vuelta. Tal es el caso de Entre Ríos, donde el domingo Macri ganó por una diferencia de 2.500 votos, mientras que en agosto había perdido por 70 mil votos. Lo mismo sucedió en San Luis, donde se impuso por un margen más acotado, de 10 mil votos, cuando había perdido en las PASO por 29 mil. Otras provincias donde Juntos por el Cambio ganó fueron Santa Fe, por un 1%; Córdoba, con una diferencia del 32%, y Mendoza, con el 13%. En el resto del país, triunfó el Frente de Todos.
“Hubo un desajuste en la cobertura electoral territorial de parte del Frente que posibilitó no sólo que ganara la fórmula presidencial sino que lograran ganar en distritos que estaban en peligro de ser perdidos por Cambiemos, como La Plata, Mar del Plata, Bahía Blanca y otros. A nivel provincial hay que agregar que hubo una buena performance de la fórmula Macri-Pichetto en Santa Fe, Córdoba, Mendoza y CABA“, opinó Rouvier.