Por J. Giribone y L. Enriquez

Yo tengo una galería que funciona con exposiciones y la realización de eventos. Hoy todas estas actividades que generan dinero a la galería no se pueden hacer“, asegura Eugenio Ramírez, director de Central Newbery. Es que, dado el contexto de pandemia por Coronavirus, los museos de arte debieron cerrar sus puertas y reinventarse con diferentes estrategias que no se asemejan a los encuentros presenciales. “Los primeros meses, algo se vendía por internet. Ahora estamos en un momento difícil porque hay un desgano general, incluso por parte de las personas que tienen dinero“, explica Fernando Entín, director de Elsi del Río.

Teniendo en cuenta la imposibilidad de apertura de los espacios de actividad cultural, que implican aglomeración de personas ya que se caracterizan por sus eventos sociales, el streaming cumple un rol fundamental para que el contacto entre espectadores y artistas pueda mantenerse. Ese es uno de los grandes desafíos en Argentina y el mundo: pensar el arte desde otro medio que no sea el presencial.

La nueva realidad

Según una encuesta realizada por el Sistema de Información Cultural de la Argentina (Sinca), un 42 por ciento de las actividades culturales utilizó el formato virtual durante la cuarentena. Entre las plataformas más usadas se encuentran Zoom, Instagram, Meet, Youtube Live y Stream. “Mediante Instagram Live inauguré dos muestras. Después, tenemos una actividad paralela que realizamos todos los miércoles y viernes a las 17: una charla con un artista que no siempre pertenece a la galería. Creo que la venta online es algo que se instaló y que seguiremos utilizando”, asegura Entín.

La fachada de Elsi del Río, la galería de arte ubicada en Palermo

Los espacios de arte ya establecidos en redes sociales manejaron problemáticas similares, promoviendo muestras nuevas y también pasadas. De igual forma apostaron al contacto directo con su público a través de talleres online, diálogos y entrevistas con artistas, curadores y otros eslabones de la industria. Algunos pocos se animaron a dejar que los artistas utilizaran las redes sociales de estos espacios como si fueran propias.

Estoy difundiendo mi trabajo a través de medios virtuales. En la galería Pasaje 17 estamos haciendo una revisita a una muestra que ya hicimos hace un par de años, pero con obras actuales. Hay videos de un minuto cada uno de los artistas e imágenes fijas de las obras en proceso“, cuenta la artista plástica y pintora Genia Streb, y sigue: “Mi muestra Aguas estaba programada desde diciembre. Fue un bajón cuando se suspendió la inauguración por la cuarentena porque ya estaba preparada. Al mes siguiente, Fernando Entín me dijo que realizaríamos la muestra virtualmente. Si bien contesté que por supuesto, confieso que entré en pánico porque no es lo que hacemos usualmente los artistas“.

Genia Streb inauguró su muestra Aguas de manera virtual

Pero la muestra fue un éxito a pesar de sus miedos. “Las inauguraciones en la galería son más relajadas porque uno se va encontrando con amigos y conocidos, es un evento social. La inauguración virtual es otra historia, pero me pareció interesante que exista la posibilidad de hablar sobre la obra. Contar de dónde sale y cuál es el proceso fue algo distinto. Poder llegar con la palabra respecto de la obra al espectador que está interesado”, opina Streb.

Noah Horwitz, director para las Américas y miembro del Comité Ejecutivo de Art Basel, ve este cambio como algo positivo. En una charla virtual organizada por ArteBA, la feria más importante del país, se refirió al futuro de las muestras: “Va a ser un híbrido: una interacción entre el mundo digital y presencial que será muy beneficiosa”. Esta mirada también es compartida por Genia Streb, para quien “es probable que en un futuro, más allá de las inauguraciones, se incorpore la virtualidad como un apoyo de nuestro arte; la llegada que se obtiene es distinta”.

Noah Horwitz, de Art Basel, ve este cambio hacia lo digital como algo positivo.

Durante la cuarentena, los trabajadores del arte cuentan con varios espacios virtuales de difusión además de las galerías. Diderot.art, por ejemplo, es el primer sitio de e-commerce de arte contemporáneo argentino. Cuenta con la participación de 70 artistas con más de 700 obras, los cuales obtienen oportunidades de exhibición que de otra forma no tendrían. A diferencia de las galerías tradicionales, ofrecen una amplia oferta de trabajadores jóvenes, emergentes y de carrera media consolidada. Por su parte, Buenos Aires Directo de Artista (BADA), una feria que comenzó física, lanzó en septiembre del año pasado un sistema virtual de ventas con la idea de ayudar a la autogestión de los artistas.

La espera y los protocolos

Si bien la mayoría de los museos de arte utilizan el streaming como paliativo, la apuesta no siempre dio resultados, tal como ocurrió con Central Newbery: “No estamos moviéndonos por Internet pero tampoco creo que se pueda hacer mucho, porque virtualmente se vende poquísimo“, se lamenta Ramírez. “Cuando se pueda abrir la galería, lo haré. Es un lugar muy grande e incompatible con esta situación de pandemia. Incluso no sabemos cuánto va a tardar en normalizarse la actividad económica luego de la crisis“, agrega.

Respecto al beneficio de los subsidios por parte del Ministerio de Cultura, Ramírez asegura que ni siquiera pudieron comunicarse: “No pude hablar con el Ministerio ni tampoco con asociaciones de galerías. En un momento parecía que íbamos a poder abrir, incluso salió en los diarios, pero después no tuvimos noticias. De todas maneras, la gente no se moviliza para estas cosas. Una posibilidad sería abrir sólo para el barrio, pero realmente no sé si vale la pena”. Entín comparte su idea: “Podríamos dejar entrar a una cantidad de personas y que el resto espere afuera, o bien manejarnos con cita previa, como lo hicimos en un momento. Obviamente que no hay una demanda como sí la hay, por ejemplo, con el alimento. Es un momento muy difícil“.

A pesar de que la virtualidad tiene sus ventajas, la presencia física y el contacto directo son de gran importancia a la hora de presentar muestras. Más allá de lo que se puede desarrollar mediante la escritura o un video, hay muchos detalles que se pierden cuando no se aprecia una obra en persona. “A la obra de arte hay que verla, pero también está la posibilidad de que te la dejemos en tu casa, que la pruebes, que pienses una semana y que si no te gusta, nos la devuelvas“, asegura Entín.

También se refirió a las medidas que se analizan para volver a la modalidad tradicional: “Estamos pensando un protocolo junto con la asociación de galerías. No podrán entrar más de dos personas al lugar, y nosotros contaríamos con alcohol en gel y los suministros necesarios. Desde ya que se deberá mantener la distancia social y entrar con barbijo. Lo que por el momento podemos hacer es entrar a retirar una obra para entregarla, pero no podemos recibir visitas“, expresa. Para Ramírez, debido al aumento de los contagios de las últimas semanas “es momento de esperar“.

Pese al traspaso a los medios virtuales para la exposición y la venta online, las galerías se encuentran en un momento de crisis económica muy fuerte. Los subsidios que el Ministerio de Cultura y el Fondo Nacional de las Artes aplicaron como paliativos para la crisis desatada por el Coronavirus no llegan a las galerías que entran en la categoría de pymes o micropymes. El Fondo Desarrollar aplica para las cooperativas, asociaciones civiles, fundaciones, sociedades de responsabilidad limitada y anónimas, mientras que la Beca Sostener Cultura es para los artistas.

Las galerías pueden acceder a créditos a tasa cero. Pero una ayuda adicional para aquellas que están dentro del AMBA, la región con fases más severas de la pandemia, continúa siendo necesaria, teniendo en cuenta que se proyecta que se dupliquen los cierres de pymes y micropymes para cuando la cuarentena retroceda.