Por Constanza Actis Caporale

El turismo es una de las actividades económicas que más ha sufrido el surgimiento y la expansión de la Covid-19. En marzo, las fronteras argentinas fueron cerradas para evitar la propagación del virus y esa medida repercutió muy fuerte en el sector. La Cámara Argentina de Turismo informó que en lo que va del año se perdieron más de 76 mil puestos de trabajo y que el 46 por ciento de los empresarios hoteleros considera probable su cierre definitivo.

La Encuesta de Ocupación Hotelera (EOH) que realiza mensualmente el Indec refleja la delicada situación en la que se encuentra el sector: los datos de la actividad correspondientes al mes de junio -los últimos publicados- muestran que ese mes hubo un total de 20.567 viajeros hospedados en localidades diferentes a la de su residencia. Esta cifra representa una variación negativa del 98,5 por ciento con respecto al mismo mes del año anterior. La cantidad de viajeros residentes bajó un 98,2 por ciento y la de no residentes disminuyó un 99,6.

La EOH relevó 49 localidades, de las cuales 31 tuvieron establecimientos abiertos en el mes de junio. De ellas, 18 estuvieron cerradas temporalmente o afectadas al alojamiento de personas con aislamiento social obligatorio. En todo el país, desde que empezó la pandemia, 247 establecimientos abrieron sus puertas: Cuyo abrió 76 hoteles y obtuvo un 30,8 por ciento de participación en su región. Le siguió CABA con 55 hoteles abiertos, 22,3 por ciento de participación y posteriormente el Norte con 51 hoteles abiertos y 20,6 de participación. 

Respecto de las pernoctaciones, a nivel país durante junio se estimaron 54.686, lo que dio una variación negativa del 98,2 por ciento en comparación con el año anterior. De 439.992 habitaciones disponibles sólo 37.014 fueron ocupadas. En cuanto a las plazas, de 1.093.850 disponibles solo 54.686 fueron ocupadas. A su vez, la tasa de ocupación de habitaciones fue del 8,4 por ciento y hubo una caída del 97,6 con respecto al mismo período de 2019. 

El sector hotelero lleva cinco meses sin movimiento. El Gobierno analiza habilitar los vuelos aerocomerciales para octubre, con la intención de reactivar el turismo. Antes de que la Covid-19 llegara a la Argentina, la ocupación hotelera había crecido: 6,3 millones de habitaciones habían sido ocupadas y el 83 por ciento de las pernoctaciones habían sido de habitantes locales. La mayor ocupación se había concentrado en Buenos Aires (28,1%) y en la Patagonia (19,7%). 

La hotelería, sin los vuelos nacionales e internacionales, está frita, no tiene posibilidades de progresar mucho. La hotelería de Buenos Aires depende del tránsito de los turistas internacionales, de los hombres de negocios e incluso del turismo regional que llega del interior del país. Sin vuelos comerciales, con restricción de circulación interprovincial y con las fronteras cerradas, tendremos hoteles abiertos pero sin pasajeros”, dijo Javier Vigliero, presidente de la filial Buenos Aires de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT), acerca de esta situación tan compleja.

Por lo pronto, el Senado aprobó en el Congreso un proyecto de promoción al turismo que apuesta a incentivar el consumo turístico con un bono del 50 por ciento de los gastos de los viajes para utilizarlos en las próximas salidas del año que viene. El proyecto establece un bono fiscal vacacional, excepcional, y para ser usado dentro del país, para las familias con ingresos mensuales que no superen el equivalente a cuatro salarios mínimos. Se reducirá el 95 por ciento del pago de las contribuciones patronales y el pago asegurado del 50 por ciento de los salarios del rubro (no podrá ser menor o superar dos salarios mínimos). Además, el Banco Central deberá disponer líneas de crédito para las personas que realizan actividades de este tipo.