Por D. Giulietti, M. Fernández y F. Fourcade
Desde que comenzó 2021, se han registrado 102.975 hectáreas (ha) afectadas por incendios forestales en la Argentina, una situación preocupante que se espera cambie con ayuda de la reciente campaña de prevención lanzada por el Gobierno Nacional.
El 2020 no sólo fue el año en que el mundo vivió atravesado por la pandemia del coronavirus. También fue el que registró el pico máximo de incendios en la Argentina, con más de un millón de hectáreas afectadas y parte de los bosques quemados en algunas zonas de la Cordillera de los Andes.
Según el reporte oficial publicado el 13 de mayo pasado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, La Pampa, San Luis y Chubut son las provincias más castigadas por los focos, con un total de 29.390, 26.458 y 16.919 hectáreas, respectivamente.
Los incendios –producidos en un 95 por ciento por el accionar humano, como fogatas mal apagadas, actividades en el campo e inmobiliarias- amenazan los bosques nativos, considerados esenciales para la vida en la tierra. El efecto de los incendios se ve potenciado, a su vez, por el calentamiento global. De cara a esta alarmante situación, la Presidencia de la Nación, en conjunto con la cartera que encabeza Juan Cabandié, lanzaron una campaña de concientización.
Enrique Maurtua Konstantinidis, experto en negociaciones de Cambio Climático de Naciones Unidas, expresó su postura frente a la iniciativa oficial: “Creo que cualquier movimiento que aliente el trabajo de esta lucha es bienvenida, pero la propuesta del Gobierno llega un poco tarde para algo que viene sucediendo desde hace mucho tiempo. Es muy importante destacar que ya era hora de tomar el tema con seriedad. Me parece bien que el Estado Nacional le dé la importancia que se merece, pero ahora habrá que ver cómo contrastarlo con la realidad, cómo avanza realmente y comprobar que sea ejecutado como se promete”, manifestó.
Maurtua Konstantinidis, además asesor de Política Climática en la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), explicó que para poder disminuir estas cifras hay que abordar el problema por muchas vías, además de asegurarse de que estén los presupuestos y que realmente puedan ejecutarse. “Si cada una de las provincias tuviera la infraestructura y los equipamientos necesarios, acompañados del presupuesto y la información, se empezaría a dar más chances de poder abordar lo que sucede. Igualmente, nada es garantía. No significa que no vayan a ocurrir más incendios, pero sí es muy importante que (los recursos) estén”.
Por otro lado, explicó que es necesario que comiencen a aplicarse normativas que cuenten con resguardo legal para asegurar que quienes sean partícipes de estas acciones carguen con las consecuencias. “A pesar de que algunas de estas medidas ya están, es necesario que se refuercen, que se mejoren y, sobre todo, que se implementen de la mejor manera”, concluyó.