Por Caleb Tejero

El “Informe Nacional Mayo 2022” de la consultora política Zuban Córdoba & Asociados publicó resultados llamativos al encontrarse puntos de vista opuestos en el mismo público encuestado. El documento señala que “un 70% cree que el próximo gobierno debería ajustar el gasto público, mientras que un 60% cree que se debería aumentar la inversión en obra pública y un 89% afirma que debería aumentar el gasto en Educación”.

“(La contradicción) se debe a que el debate político en la Argentina es realmente muy lineal, superficial y escaso; es más un cruce de chicanas o una pelea en el borde de la grieta antes que un debate político que busque generar consensos”, analizó Gustavo Córdoba, director de Zuban Córdoba & Asociados, en diálogo con el programa “Tirados y Despiertos”, que se emite por TyD Radio.

La consultora encuestó a dos mil personas en abril. El análisis de las opiniones concluye que “los argentinos parecen creer, en general, que el país debería encaminarse hacia un proceso de ajuste fiscal”, pero el consenso se hace minoritario en aéreas específicas para recortar: sólo en cuestiones como los planes sociales el apoyo al recorte alcanza el 63%. Además, el informe demuestra el descontento social a partir de la pregunta “¿En qué dirección va el país?”. El 72,5% de los argentinos cree que va en una dirección incorrecta, mientras que el 20,2% cree que es la acertada.

Para Córdoba, el enojo social se canaliza en la aparición de figuras como Javier Milei.

Córdoba le adjudicó la responsabilidad de la confusión social a los líderes de la política en Argentina. “Hoy vivimos una especie de loop interminable de derrotas o de victorias, porque pareciera que ningún gobierno logra dar pie con la cuestión de la economía”, afirmó, y agregó que la situación de la grieta partidaria favorece al desarrollo de referentes liberales como Javier Milei y adelanta un escenario de tripartidismo: “El dilema es que ahora hay otro dirigente que sintetiza como nadie el clima de época. Él entiende que hay un 80% de ciudadanas y ciudadanos argentinos enojados con la dirigencia política, pero no con el sistema democrático”.

Al analizar los resultados electorales de los últimos siete años, sostuvo que los tiempos de tolerancia hacia los políticos son cada vez más escasos: “A Cristina Fernández de Kirchner le dimos ocho años y hubo un voto castigo porque no votamos a su candidato. Luego vino Macri, solamente estuvo cuatro años y lo despachamos con un voto castigo fenomenal, cuando en las PASO de 2019 triunfó Alberto Fernández por una diferencia de 15 puntos. Después, vino Fernández y la sociedad le dio sólo dos años antes de sacudirlo con un voto castigo en las elecciones legislativas del año pasado. Ocho, cuatro y dos años: el tiempo de espera es cada vez menor”.