Por Victoria Terrazas

Para quienes juegan al tenis, competir profesionalmente en Latinoamérica es un lujo. A los gastos de transporte, elementos y clases se suman las costosas competencias internacionales, una combinación que deja a los chicos sin grandes posibilidades de entrar en el ranking mundial. Además, para ser amparado por un club es necesario pagar una cuota federativa que no hace más que inclinar aún más la cancha

Las competencias más prestigiosas, donde los jugadores participan para ascender en el ranking, suelen ser en Europa y Estados Unidos, y cada tenista debe pagar su propio paisaje, además del costo de inscripción, que suele ser en dólares. Para formar parte del registro de la International Tennis Federation, que se encarga de dirigir torneos como el Grand Slam, los menores de 18 años deben abonar aproximadamente 22 mil pesos.

Y mientras los sponsors hacen fila para poner su marca a las remeras del tenista español Carlos Alcaraz, los torneos locales carecen de fondos para desarrollarse. En ese contexto, muchos jóvenes deben abandonar sus sueños y dedicar su vida a otra profesión sin alcanzar su máximo potencial. Joel Barreiro es oriundo de San Justo, provincia de Buenos Aires, y comenzó jugando en un club de barrio. Tiene 26 años y compite en Francia. “Para conseguir que te patrocinen tenés que tener un contacto o mucha suerte”, se lamenta, y cuenta que en Europa los clubes tienen acuerdos entre sí para favorecer al jugador.

Solo hay cinco argentinos en el Ranking Junior ITF.

Tener que movilizarse hasta las grandes ciudades del mundo para entrenar y competir representa un gran compromiso económico y académico. “Las competencias más relevantes están en el exterior porque hay más dinero de por medio. El cambio de moneda con respecto al nuestro es un montón y se rige todo por precio internacional, explica Barreiro. Los viajes son un gran costo, además de dificultar la escolaridad.

Dedicarse al deporte es el sueño de muchos, pero la vida de pocos. Jugadores como Fernando Cavallo o Luca Miremont, representantes de la Argentina en el Ranking Mundial Junior, lograron atravesar la “carnicería de Latinoamérica”. Al final, tener una espalda económica influye en el futuro de los tenistas junior. Considerando que las grandes oportunidades se encuentran afuera, los jóvenes deben competir bajo una gran presión para llamar la atención de los sponsors y conseguir buenos resultados para mantenerse en competencia.

Editor: Nicolás Ponisio