Por Sofía Ceballos

Un sorpresivo apagón masivo dejó sin energía eléctrica a amplias zonas de España, Portugal y el sur de Francia este lunes, lo que generó graves inconvenientes en el transporte público, el tránsito vehicular y los servicios aéreos. Tren, metro, colectivos, semáforos y redes de conectividad aérea quedaron fuera de servicio y hubo cancelaciones y largas demoras en vuelos nacionales e internacionales. 

Cuando comenzó el apagón, las autoridades advirtieron que el restablecimiento total del suministro podría demorar entre seis y diez horas. Mientras tanto, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) y el Ministerio del Interior de España trabajaban en la investigación para determinar el origen de la falla. Aunque inicialmente surgieron sospechas de un posible ciberataque, la Comisión Europea aclaró en un comunicado que “no hay indicios de que se trate de un ataque cibernético”

En respuesta a la crisis, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, convocó de urgencia al Consejo de Seguridad Nacional para evaluar la situación y coordinar medidas. “Quiero apelar a la ciudadanía para colaborar con todas las autoridades, para actuar con responsabilidad y civismo, como siempre hemos hecho durante crisis pasadas”, pidió Sánchez en una intervención desde el Palacio de La Moncloa, sede del Gobierno español.

Una mañana caótica se vivió especialmente en Madrid, donde desde temprano miles de personas invadieron las calles ante la falta de señal telefónica, cortes de luz generalizados y la paralización casi total de los medios de transporte, como subtes, colectivos y trenes. Todo comenzó alrededor de las 12:30 del mediodía local —las 7:30 de la mañana en Argentina—, cuando quienes transitaban el centro de la capital española advirtieron las primeras señales del corte. 

El ministro de Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, informó que su país se puso en contacto con los gobiernos afectados para ofrecer ayuda energética. “Esta asistencia se apoya en la amplia experiencia adquirida por Ucrania durante los cuatro años de invasión rusa, período en el que nuestras infraestructuras energéticas fueron blanco constante de ataques”, señaló en un comunicado oficial. 

Por su parte, Portugal tomó medidas inmediatas para acelerar la recuperación del servicio. La empresa Redes Energéticas Nacionais (REN) reactivó la producción en la central hidroeléctrica de Castelo de Bode y en la termoeléctrica de Tapada do Outeiro. “Con esta producción está en marcha un proceso muy gradual de reanudación de los consumos, primero en la región donde están las dos centrales y progresivamente en zonas adyacentes”, informó la compañía.