Por B. Mosso y B. López Da Silva

Desde los principios del rock, la sociedad calificó este género como “masculino”. La aparición de la mujer fue escasa y generalmente se la trató como a una musa. Las bandas solían estar conformadas por varones y, por eso, el público consume en mayor parte cantantes hombres. Pero incluso cuando la mujer es una inspiración artística existe el machismo. En la mayoría de las canciones y los videoclips las muestran como una posesión u objeto de deseo, como si su único rol fuera el de “amar” y “complacer” al género opuesto. En la canción “I got a woman”, Elvis Presley escribió: “Ella está ahí para amarme día y noche. No se queja ni se alborota, me trata bien. Ella sabe que el lugar de una mujer está en el hogar”.

Sin embargo, también existieron mujeres artistas que supieron hacerse un lugar en la industria rockera durante las décadas dominadas por Presley. La más importante probablemente haya sido Rosetta Tharpe, reconocida como una de las madres del rock ya que grabó una de las primeras canciones de este género. También Mary Ford, quien integraba un dúo musical con su marido llamado Les Paul and Mary Ford. Por otro lado, Wanda Jackson, apodada como “la primera dama del rock and roll”, tuvo éxitos con canciones como “Let’s have a party” y “Peggy Lee” ya a fines de los años 50.

Además, artistas como Ann Margret y Martina McBride participaron junto al ídolo del rock del momento en las canciones “Your The Boss” y “Blue Christmas”. También se las pudo ver en los videoclips de aquel entonces, aunque en un segundo plano y con poca ropa, una tendencia que se mantiene hasta hoy. En revistas reconocidas de rock, tanto estadounidenses como argentinas, cuando las mujeres ilustran la tapa lo hacen con fotos con poca ropa y posando de manera sexy, mientras que los artistas varones no.

“Los 25 bombones más calientes del rock pesado”

Para el periodista especializado en rock Fernando Enrique Vigo, el machismo en la música sigue existiendo. “Todavía es notable la reticencia y el falocentrismo que rodean toda la cultura del ‘aguante’, que acepta a las mujeres únicamente en el rol de coristas. La supuesta superioridad del hombre en la industria musical se sigue viendo a través de las maneras de comunicar”.

La participación de la mujer en los grupos rockeros ha sido escasa desde siempre. Y las bandas de consumo comercial de Latinoamérica hoy no son la excepción. “El rock está visto como un género más ‘agresivo’ y ‘trasgresor’ que a menudo tiene letras reivindicativas y, como durante mucho tiempo se ha considerado a las mujeres frágiles y delicadas, se suele pensar que no pueden con ello”, explicó Sandra Soler, docente de la Universidad de La Salle, España, especializada en género y racismo.