Por J. M. Boarini, T. Holcman, E. Lazo y J. Landau
Vos sí, vos no. Estás adentro, estás afuera. Un cargo mayor, un cargo menor. Todo vale a la hora de estar en el máximo poder nacional, para lo cual se necesita ganar la mayor cantidad de votos posibles.
El 22 de junio, cuando se cerraron las listas para las PASO que se realizarán el 11 de agosto, diversas alianzas sorprendieron al electorado. Desde la unión Fernández-Fernández anunciada unos días antes, que dejó con la boca abierta a todo el arco político, además de a los propios votantes, hasta la unión Macri-Pichetto, que algunos analistas señalaron como más esperable. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, todos demuestran que se puede unir fuerzas más allá de las ideologías.
Desde su creación en 2006, Twitter ha ganado millones de adeptos y, claro está, los referentes de la política nacional e internacional lo usan como su principal medio de comunicación de ideas y posturas. El archivo está a disposición de todos. Y sí, muchos viraron.
Sergio Massa es el candidato a diputado por el Frente de Todos que sirve de plataforma para la fórmula Fernández-Fernández. Es un candidato conocido por tener una postura política camaleónica y un instinto para aliarse con quien más le conviene. Esto se ve reflejado en diversos tuits, entre los que destacan las duras críticas al gobernador de Tucumán, Juan Luis Manzur, en 2015, pero al que luego felicitó por su reelección de este año.
Por otro lado, se lo vio criticando a Cristina Fernández en 2014 por poner en órbita el Arsat 1, el primer satélite fabricado íntegramente en Argentina, al que se refirió como “heladera”, aunque minutos después borró su tweet.
Por otra parte, se puede encontrar este comportamiento en el candidato a presidente Alberto Fernández que, en su momento, criticaba a los militantes de La Cámpora, a los que llamaba “militontos de Cristina”.
A pesar de eso, hoy es candidato a presidente junto con la mismísima Cristina Fernández –a quien criticaba años atrás– como vicepresidenta. Incluso llegó a tildarla de “psicópata” en uno de sus polémicos tuits.
Otro de los candidatos a ocupar el sillón de Rivadavia es Roberto Lavagna, que irá por el frente Consenso 2030 acompañado por Juan Manuel Urtubey. Comenzó su campaña a fines de 2018 y por momentos fue considerado un “plan B” por los empresarios más poderosos del país.
Acerca de la famosa grieta que divide a todos los argentinos y de la carrera presidencial, en enero de 2019, declaró que “hace falta una propuesta de unión nacional”, dando a entender que ningún candidato cumple con los requisitos para ser el próximo presidente.
Meses después, Martín Lousteau le sugirió a Macri un llamado a la unidad de cara a las próximas elecciones. Lavagna fue consultado por Ari Paluch en FM Latina y comentó: “Esa idea no sirve para nada. Cambiemos es parte de la grieta y Cristina es la otra. Hay que hacer un puente y ubicarse dentro del puente progresista”. Esta respuesta muestra un cambio de postura del candidato por Consenso 2030 de cara a las próximas elecciones de octubre.
En el oficialismo también han cambiado su discurso y su estrategia, como lo demuestra la inclusión del peronista Miguel Ángel Pichetto como candidato a vicepresidente en la fórmula de Juntos por el Cambio.
Los años pasan y las estrategias electorales a veces valen más que las lealtades políticas.