Por Marco Palazzo
Magíster en Desarrollo Económico en la Universidad de Sussex, Martín Siracusa señala que en el nuevo panorama económico mundial “no hubo una caída del capitalismo ni de Occidente”, así como tampoco creció la idea de un “despertar asiático”. Además, analiza el actual contexto inflacionario tanto en Estados Unidos como en la Argentina.
–¿Cuál es panorama económico mundial a cuatro meses del inicio de la guerra en Ucrania? ¿Qué consecuencias trajo a la economía?
-Las consecuencias de la invasión a Ucrania son una continuación de las consecuencias de la pandemia, es decir, vienen a agravar los problemas propios de la pandemia. Como primer punto tenemos la inflación y como segundo, la actividad económica. Ahí se ve un aumento en el riesgo de todas las economías de no poder prevenir una nueva recesión para poder reducir la inflación. El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, planteó hace unas semanas al Senado que no se puede prevenir una recesión y que hay que subir las tasas fuertemente. No se puede ir a una baja de inflación tranquila sin que afecte a la actividad económica porque no hay margen. Y esto se ve agravado en otros términos, porque también hay una debilidad política en Rusia, que entró en default. La realidad es que Rusia no pudo pagar sus deudas porque entró en una guerra. Al mercado no le interesa mucho el motivo por el cual entró. Además, se redujo el crecimiento mundial, a menos de uno por ciento en Estados Unidos.
-Estados Unidos acumula una inflación interanual de 8,6% y subió 75 puntos básicos en las tasas de interés. ¿Está perdiendo cierto protagonismo como potencia económica mundial?
-Para nada. Me parece que es una lectura que tiene un sector del progresismo argentino. Creo que cuando Rusia dice que su guerra es contra Occidente, ahí te muestra la importancia que tiene. No hay una caída del capitalismo ni de Occidente, ni existe esa idea de “despertar asiático” que algunos plantearon. Primero, porque uno de los motivos de la guerra es que Rusia venía de un estancamiento económico muy fuerte. También de población, que bajó en comparación a hace diez años. La gente se va de Rusia o nace poco, ambas cosas son malas. La economía de Estados Unidos tiene problemas inflacionarios como consecuencia de la pandemia, pero por lo menos tenés una población que confía en el sistema. Tienen un dólar cada vez más fuerte y, aún así, pueden subir las tasas de interés. La posición de Estados Unidos y Occidente tiende a fortalecerse en tanto haya un entendimiento de que hay que salir de la matriz energética dependiente de Rusia. Alemania también entendió lo mismo.
-¿Cuál es el porvenir de la economía rusa a partir del boicot comercial que sufrió por la invasión a Ucrania?
-El default, los millonarios rusos con la plata congelada, la salida del sistema de transferencias Swift, una caída muy fuerte de la deuda y el capital ruso. Putin lo va a intentar ocultar, pero en Rusia va a haber un aumento en la pobreza. Quizá sea un poco “menguado” porque Rusia ahora no vende petróleo, gas y alimentos a los niveles anteriores a la guerra, entonces quedó todo dentro del país. Es decir, no está viviendo un proceso hiperinflacionario ni nada raro, pero los rusos no se van a comer todo ni van a usar más combustible que antes. Eso va a generar una caída de la economía que no crece hace una década. Primero se van a fugar los capitales rusos y después va a tener una caída en la producción, eso va a ser grave. Probablemente se vea el año que viene.
-¿Qué rol cumple China en este contexto económico? ¿Se beneficia de la guerra?
-China estuvo “mirando desde cerca” durante un tiempo largo. Se quedaron ahí sin tomar ninguna decisión fuerte. China es el primer acreedor de Estados Unidos y un dólar fuerte le generaría una complicación comercial. Sin embargo, China tiene una economía muy fuerte con la que se recuperó rápidamente. Siempre hay que mirar su rol desde un larguísimo plazo, lo mismo que los de Rusia e Irán. Me parece que, al igual que estos países, China siempre juega solo. Creo que nadie se terminó de beneficiar de la guerra, fue mala para todos.
-¿Es correcto afirmar que la inflación en Argentina se debe en parte a la guerra en Ucrania? ¿O es por la “evasión” de impuestos, como señaló Cristina Kirchner en el acto de la CTA en Avellaneda?
–Cristina no entiende nada de economía. La inflación se debe exclusivamente a la pérdida de valor del peso porque se emitió dinero, especialmente en los últimos veinte años. Se nota muchísimo que se disparó el ritmo de la aceleración de precios. Estamos en un 85 por ciento anual y ni de casualidad los ingresos de la gente suben en esos términos. La inflación que afecta a Ucrania podría haber beneficiado a Argentina porque subieron los precios de nuestras exportaciones. Pero nos terminamos perjudicando emitiendo pesos para pagar la energía.