Por V. Werner, A. Lomez, C. Romio, J. Escolar y L. Solis
La desaparición de la estudiante Norma Penjerek el 29 de mayo de 1962 constituyó uno de los casos policiales más misteriosos y rodeados de especulaciones de la historia argentina. Los falsos testimonios, el tratamiento mediático, las dudosas evidencias y las diversas teorías conspirativas relacionadas tanto al Mossad, el servicio de inteligencia israelí, como al nazismo no colaboraron en su resolución y aportaron más incógnitas que certezas.
El 11 de mayo de 1960, el criminal de guerra nazi Adolf Eichmann, que se había refugiado en la Argentina bajo el nombre de Ricardo Klement, fue secuestrado en su vivienda de la localidad bonaerense de San Fernando por una acción clandestina del Mossad. Los Penjerek eran una familia judía de clase media del barrio porteño de Flores, y el padre de Norma, Enrique, era un miembro destacado de la colectividad que habría brindado información sobre el paradero de Eichmann.
El periodista Bernardo Neustadt, a través del diario El Mundo, fue el que elaboró y publicó el 23 de agosto de 1962 la teoría de que la desaparición de Norma se había tratado de una venganza nazi contra Enrique por haber sido informante del Mossad, ya que su hija fue capturada dos días antes de la ejecución del criminal de guerra en Israel.
Alejandro Walz, historiador especializado en las relaciones políticas entre Alemania y Argentina señala que como “muchos nazis se refugiaron en el país, los servicios de inteligencia israelíes llevaron a cabo un trabajo muy activo durante los primeros años de la posguerra para llegar a capturar a la cúpula del Tercer Reich y llevarlos a juicio”. Sin embargo, matiza la teoría que vincula la desaparición de Penjerek con la detención de Eichmann: “A pesar de la gran cantidad de jerarcas nazis que llegaron a la Argentina, principalmente al sur, escapando de la condena por sus crímenes durante la guerra, no creo que hayan organizado y efectuado la desaparición de Norma Penjerek. Estoy seguro de que se trató de un secuestro y asesinato como los que transcurren hoy en día contra las mujeres adolescentes”.
Como hubo dos días de diferencia entre la desaparición de Norma y la ejecución de Eichmann, durante 1962 los medios argentinos elaboraron otra teoría, según la cual el Mossad se había llevado oculta a Norma a Israel, bajo una falsa identidad, para evitar que su vida corriera peligro. Chacho Penjerek, primo de Norma, en una entrevista reciente con el diario Clarín, adhirió a esta última hipótesis. Además, contó que un ex cuñado de Enrique se fue a vivir a Israel durante esos años y trabajó mucho tiempo para los servicios de inteligencia.
En 2005, otro de los primos de Norma que vive en Israel, visitó a Chacho en su casa de Hurlingham. Después de ese encuentro, reveló que en los sesenta le habían solicitado cuidar a una chica argentina de 17 años que recién había llegado a la ciudad de Haifa y no conocía a nadie. Sin embargo, tiempo después Chacho negó que fuera Norma, pero afirmó que el Mossad siguió llevando jóvenes argentinas para su protección a Israel que podrían haber estado vinculadas con la captura de Eichmann.
Lo cierto es que 50 años después de su desaparición no se revelaron pruebas contundentes para afirmar una relación directa entre ambas teorías, aunque los Penjerek sobrevivientes continúan indagando dentro de estas hipótesis para esclarecer el caso y lograr justicia por la memoria de Norma.