Por Belén Ruiz Diaz y Sofia Toth
El organismo dirigido por Kristalina Georgieva estimó que la caída del Producto Bruto Interno de la Argentina será aproximadamente un 6%, consecuencia de la crisis económica que atraviesa el país por la pandemia de Covid-19. Por otra parte, el Banco Mundial proyectó una caída en la economía del 5,2%, no muy alejado de los pronósticos del ente internacional. Si estas proyecciones se mantienen, Argentina tendrá un PBI del 10,4%, el más bajo desde 2016. También confirmó que la deuda pública tomada no es sostenible y reclamó una quita apreciable a los acreedores.
Esta caída del PBI se asocia al impacto que tendrá en la balanza fiscal. La consultora Ficonomics analizó, a través de las medidas económicas tomadas por el Gobierno, el impacto fiscal de ellas y promedió cuál podría ser el déficit fiscal primario a fines de este año: los subsidios económicos crecerían en un 37% de forma interanual, las transferencias a las provincias representarían un 78% y el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) equivaldría un total de $ 157.000 millones. Por otra parte, habría un recorte en el gasto del capital en $ 90.000 millones. Este avance del gasto y la caída de los ingresos llevarían a un déficit fiscal primario equivalente al 54% del PBI.
El FMI también pronosticó una caída del empleo del 10,9%. Este porcentaje impacta directamente en la tasa de pobreza, que para el Gobierno será de entre un 45% y un 50% para fin de año. La cuarentena obligatoria hizo que el número de personas que asiste a los comedores comunitarios aumente de 8 a 11 millones en 46 días. El Presidente declaró que prefería “tener el 10 por ciento más de pobres y no 10.000 muertos en la Argentina”, y recordó que cuando acompañó a Néstor Kirchner, el país había heredado 57 puntos de pobreza y se pudo superar.
Foto: Télam