Por A. Buloz, A. Lantaño y R. Vásquez

De acuerdo con el Sistema de Información General Cultural de Argentina (SINCA), las industrias culturales son el tercer sector más afectado por las medidas tomadas desde la llegada de la Covid-19 a nuestro país. Una muestra es el espacio Ideas descabelladas, un centro cultural independiente vinculado al impulso de las danzas folklóricas que, ante la necesidad de sobrellevar la crisis, se unió a la red de espacios autónomos ESCENA. Sin embargo, las deudas llevaron al cierre en febrero, aunque sus responsables afirman que seguirán adelante.

En ESCENA participamos en distintas segmentaciones junto a otros espacios en los que vamos viendo qué futuro tiene el sector cultural en la Ciudad de Buenos Aires. Soy parte de la comisión que participa del programa de formación Programación Futura, que se dedica al análisis de públicos. Todas las semanas analizamos con un maestro diferente cómo serán el teatro y las artes escénicas pos pandemia, lo que nos ayuda a repensar proyectos”, comentó Maia Armando, licenciada en Folklore y fundadora de la productora Ideas Descabelladas.

Otro de los aspectos que contempla este movimiento es “Vinculación”, que se encarga de pensar y encarar la relación entre la organización y las entidades estatales. “Todo el tiempo hay contacto con el Ministerio de Cultura de la Ciudad y logramos muchas cosas, pero obviamente con presión política y escraches en las redes sociales. Hay que trabajar mucho para llegar a una escucha real. No hubo ayuda económica por parte del Gobierno porteño, pero con enorme perseverancia y esfuerzo logramos que las líneas de subsidio flexibilicen las rendiciones, se otorguen a más personas y se amplíen sus presupuestos para 2021”, aseguró Armando.

Por su parte, el equipo de productores realizó distintas actividades para paliar la crisis. Entre ellas, un programa de financiamiento colectivo a través de la plataforma IDEAME, una función a la gorra de la obra de video-danza “El Espía” y talleres y charlas virtuales con profesionales de distintas áreas. Por otro lado, consiguieron dos subsidios DesarrollAR, que otorga el Ministerio de Cultura de la Nación, que les sirvió para pagar el alquiler y los servicios del inmueble ubicado en el barrio de Boedo.

Integrantes del equipo de Ideas Descabelladas.

Pero a pesar de lo recaudado, en febrero de 2021 se vieron obligados a cerrar sus puertas. Celeste Gramajo, licenciada en Folklore y co-fundadora del espacio de Ideas, contó: “La mayoría de los centros culturales alquilaba y un gran porcentaje tuvo que cerrar. Es un tema bastante delicado el de generar dinero para un alquiler y sentarse a negociar con los dueños porque no todos bancan un proyecto cultural, más en este contexto tan complejo”.

Para nosotros esto era un sueño, y la decisión de cerrar fue muy dolorosa. Lo hacíamos porque nos gustaba, nuestro objetivo era profesionalizarlo, aunque no llegamos en este tiempo. Estamos transitando un duelo, pero fue un acierto teniendo en cuenta lo que se viene, según las estadísticas y la percepción del sector cultural. Como se plantea en ESCENA, los proyectos artísticos van más allá de los muros. La verdad es que era un peso sostener un lugar que no podíamos abrir. Sin eso no había posibilidad de generar recursos para pagar un alquiler”, afirmó Gramajo.

Actualmente el proyecto sigue en pie, aunque planean tomarse un tiempo para planificar desde otro lugar. “Fue un año en el que trabajamos introspectivamente de manera individual, nos estuvimos formando y especializando en áreas en las que no habíamos incursionado. Todo evoluciona, cambian los paradigmas, las formas de repensarnos y repensar las expresiones artísticas, entonces no podemos desarrollar el proyecto de la misma manera que hace dos años o, incluso, dos meses”, coincidieron las productoras.

A pesar del contexto, el equipo asumió un compromiso y está convencido de que el camino es la militancia cultural. Si bien enfrentan el desfinanciamiento del área artística y la falta de un lugar acorde para un proyecto de este perfil, su trabajo es una rueda que no se detiene. Asumen el desafío de trabajar para que el ciclo continúe en movimiento aun sin un espacio físico.