Por Malena Guerrini

Más de 450 cuerpos fueron encontrados en una fosa común en la localidad de Izium, Ucrania, después de que fuera liberada del control ruso. Equipos forenses ucranianos con ayuda internacional investigan los cadáveres de hombres, mujeres y niños.

Hasta ahora, se confirmó que casi todos los cuerpos muestran señales de tortura. Al menos dos personas fueron enterradas con las manos atadas, otros dos tenían sogas alrededor del cuello y muchos presentaban señales de disparos. Diecisiete cuerpos pertenecen a soldados ucranianos. El presidente de Ucrania, Vlodímir Zelenski, declaró que estas son pruebas concretas de los crímenes de lesa humanidad que Rusia está cometiendo en su país, y que el mundo entero tiene que saber lo que realmente está pasando en esta guerra.

Las Convenciones de Ginebra de 1946 establecen como crímenes de guerra el asesinato, los malos tratos, la deportación o obligación a realizar trabajos forzados a la población civil de territorios ocupados, el asesinato o maltrato a prisioneros de guerra, la toma y ejecución de rehenes, la destrucción sin motivo de ciudades y pueblos, y la devastación que no sea justificada militarmente.

Según Gabriel Puricelli, coordinador del programa de política internacional del Laboratorio de Políticas Públicas, estos crímenes no podrán ser enjuiciados hasta luego de que termine la guerra. “Lo que se podría comenzar a hacer ahora es recopilar evidencia de crímenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania para que, luego del fin de la guerra y si se prueban los crímenes, los dirigentes rusos sean sometidos a juicio en la Corte Penal Internacional”, declaró Puricelli.

La liberación de Izium formó parte de una ofensiva ucraniana para expulsar al ejército ruso de su territorio. Junto con el descubrimiento de estos cuerpos, se encontraron cuartos de tortura en las zonas de Járkov y en la ciudad de Balakliya, según declaró Igor Klymenko, jefe de la policía nacional de Ucrania.

La Unión Europea llamó a la creación de un tribunal internacional que juzgue y condene los crímenes cometidos por Rusia. La ONU anunció que piensa mandar un equipo desde Ginebra que ayude a identificar las identidades y las causas de muerte de las víctimas. “Es poco probable que haya consecuencias internacionales inmediatas a estos descubrimientos”, advierte Puricelli. “Lo único real que podría hacer la ONU es intervenir desde el Consejo de Seguridad, pero Rusia tiene poder de veto, así que tendremos que esperar para ver cómo se desarrolla la guerra y la posible causa en la Corte”.

Izium fue invadido en abril por las fuerzas rusas como un punto militar clave para transportar armamento al este. Entre los escombros de la ciudad ya se encontraron también, al menos otros 47 cuerpos. El portavoz del Ministerio del Interior ucranio Anton Gerashchenko estimó que cuando terminen las investigaciones, el número real de muertos podría estar cerca del millón.

Edición: Emiliano Attadía y Matías Arcapallo