A. TELLERÍA Y T. GREGO

“¿Vos sabés quién soy yo? ¿Vos sabés que yo digo lo primero que se me cruza por la cabeza?”. Con esas palabras recibe a Publicable Elia Espen, la Madre de Plaza de Mayo que se presenta como alguien que siempre dice “todo lo que piensa” y que durante sus años de lucha siempre se posicionó del lado de los trabajadores, actitud que causó desacuerdos con sus compañeras de lucha.

En las oficinas de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, su nombre suele generar murmullo. “Elia, Mirta (Baravalle) y yo siempre fuimos las rebeldes del grupo”, comenta Nora Cortiñas, presidenta de la entidad, y agrega: Acá causó muchos dolores de cabeza y por eso le incomoda venir. Ella se siente mucho más a gusto en la CTA” (Confederación de Trabajadores de la Argentina).

Tal vez por esas discordancias, el año pasado Línea Fundadora emitió un comunicado después de que Espen declarara que “El kirchnerismo no te deja pensar”. El texto publicado por la asociación aclaraba: “Si bien es cierto que Elia es una de las Madres de los 30.000 desaparecidos y que tiene la libertad de expresar sus opiniones, también es cierto que no nos representa institucionalmente”

Verborrágica y combativa, durante el gobierno anterior participó de las movilizaciones contra los despedidos en las empresas Lear y Terrabusi, además de referirse a Sergio Berni como “carancho” cuando el ministro de Seguridad de Cristina ordenó que Gendarmería reprimiera una protesta por un conflicto gremial.

En 2013 ambién expresó su descontento ante la elección de Milani como jefe del Ejército comparándolo con la figura del Angel Negro: “Lo defienden diciendo que era joven. ¿Y Astiz qué fue? Un joven muy bonito que las Madres cuidábamos por miedo a que le pasara algo y al final resultó ser un joven asesino. Para ser genocida no hay edad”, declaraba Espen a La izquierda diario en 2015, refiriéndose a un acto que realizó el kirchnerismo en la ESMA.

 La foto de Hugo Miedan, hijo de Elia, en una de las paredes de la sede de Madres de Plaza de Mayo – Linea Fundadora

A sus 80 años, su lucha no cesa. Con problemas respiratorios y muy debilitada sigue acompañando a los trabajadores con mensajes de apoyo: “Necesitamos un aumento de emergencia y un recibo en el cual figure el 82% vital y móvil, no jueguen con la salud y la angustia de nosotros, publicó en su Facebook personal a mediados del año pasado.

Si bien es abierta en cuanto a sus ideales y a su lucha ella no lo es tanto frente a su vida privada. “Ella no hablaba mucho con nosotras sobre eso, siempre fue muy reservada. Su mayor compinche era Mirta”, comenta Cortiñas. “A mi familia trato de mantenerla alejada, así que no saben mucho”, es una de las pocas declaraciones que ofreció, con voz quebrada, a Publicable.