E. MIGONE @ERNESTOM87 Y D. KEMPER

“No sólo lucho por mi hija, luchamos por los 30 mil”, afirma con contundencia Rosa Tarlovsky de Roisinblit, vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, que desde hace 39 años que busca a su hija Patricia Julia, estudiante de medicina y militante del área de Sanidad de la Columna Oeste de Montoneros

Hace años que estoy yendo todos los días de todos los meses de todos los años a la Casa de las Abuelas, trabajando, no haciéndole asco a nada, pero yo tenía otra vida también”, dice Rosa. “Extraño pasar los atardeceres en mi casa con mi marido Benjamín, con quien fui verdaderamente feliz”.

Su “otra vida” consistía en ser obstetra en una maternidad de Rosario, donde estudió, alejada de sus padres que vivían en Moisés Ville, provincia de Santa Fe. También residió un tiempo en Santiago del Estero, aunque no le gustó mucho estar ahí: “Hasta el silencio me molestaba los oídos”, recuerda.

 Rosa, en el comedor de su casa. (Foto: Dan Kemper)

Años después conocería a Benjamín Roisinblit. Se casarían en 1951 y tendrían a Patricia, su única hija. “La busqué muchísimo. Yo no quería que ella siguiera en Montoneros, le ofrecí vender todo y salir toda la familia del país, pero no quiso”, se lamenta.

Su familia son sus dos nietos: Mariana, que a los 15 meses fue testigo del secuestro de sus padres, y Rodolfo, que nació en cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), fue apropiado por un represor de la Regional de Inteligencia de la provincia de Buenos Aires y en el año 2000 recuperó su identidad. Me llevó quince años ganarme su amor, comenta.

No es lo mismo encontrar a un hombre de 40 años que ver a un nieto nacer, jugar con él, ir al cine o a la calesita”, dijo. Más indignada aún, se refirió a la apropiadora de Rodolfo: “Cuando me enteré de que él se casaba y que la madrina sería ella, me impresionó… Pero se me pasó, tuve que aceptarlo porque es mi nieto y lo quiero”.

Rosa es directa con sus opiniones. No duda en afirmar que César Milani, ex Jefe del Ejército, es un represor y debe ser condenado. Se diferencia de figuras como Hebe de Bonafini, presidenta de Madres de Plaza de Mayo, y Horacio Verbitsky, titular del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).

No me creo tan importante, soy una muchacha de pueblo. Estoy sobreviviendo. No creo que encuentre a mi hija. Que sus nietos e hijos encuentren a su mamá, conocen bien la historia, que sigan luchando. No me necesitan a mí”, concluye Rosa.