Por Belén Marchese

Seis fórmulas competirán por la presidencia de la Nación el domingo 27 de octubre. El Frente de Todos, con Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, se proyecta como el gran ganador luego de unas PASO con resultados notablemente satisfactorios. Juntos por el Cambio, con Mauricio Macri a la cabeza y Miguel Ángel Pichetto como candidato a vice, estuvo lejos de los números esperados y tendrá que ingeniárselas para revertir una tendencia que parece irreversible.

Si bien no tienen chances de resultar electas para ocupar el Ejecutivo nacional, las otras cuatro fuerzas siguen en campaña. Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey conforman Consenso Federal. Nicolás del Caño y Romina del Plá se postulan por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad. José Luis Espert y Luis Rosales se presentan por el Frente Despertar. Y José Luis Gómez Centurión y Cynthia Hotton son los candidatos del Frente Nos.

Las PASO de agosto fueron decisivas para la continuidad de Mauricio Macri. Habiendo asumido el 10 de diciembre de 2015 luego de batir a Daniel Scioli en ballotage con el 51,34 por ciento de los votos, con Gabriela Michetti como compañera de fórmula y María Eugenia Vidal en la gobernación bonaerense, no logró sostener el consenso que lo catapultó a la presidencia. En estos casi cuatro años al frente del país, sus imágenes personales se deterioraron al ritmo del agravamiento de la crisis. La más perjudicada fue Vidal, quien comenzó su mandato con gran aceptación y en las elecciones primarias de agosto perdió en 78 de los 135 partidos provinciales.

Cambiemos surgió del acuerdo entre la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica ARI, Propuesta Republicana y otras fuerzas políticas. En 2019, sus integrantes inscribieron una nueva coalición electoral: Juntos por el Cambio. Allí incluyeron como candidato a vicepresidente a Miguel Ángel Pichetto, del Partido Justicialista y actual senador por Río Negro. Sostuvieron la figura de Macri, a pesar de que su gestión aumentó los niveles de pobreza, desempleo y endeudamiento. Además, el dólar aumentó 370,3 por ciento desde que asumió.

Desde el punto de vista estrictamente económico, sostener un déficit fiscal relativamente alto, financiado con préstamos externos, conspiró contra la consistencia del programa macroeconómico de Macri”, señala el político, profesor e investigador Marcelo Leiras. Y explica: “Sostuvo ese déficit porque quiso reorientar el gasto público. Básicamente, lo que se utilizaba antes para los subsidios energéticos se destinó a obra pública, sobre todo en la provincia de Buenos Aires. Además, se redujeron impuestos, en particular los de la exportación no sólo de productos agropecuarios sino también de minerales. Todo eso dejó al Estado en situación de endeudamiento. La imposibilidad de saldar ese descubierto fue lo que, cuando cambió un poco la situación financiera internacional, hizo que se precipitara su programa”.

Consultado sobre el posible futuro de Juntos por el Cambio, Leiras fue terminante: “No tiene ninguna chance de revertir el resultado de las PASO”. Por su parte, Pablo de Void, profesor de Historia y docente del Programa Envión, sostiene que “una buena elección para ellos implicaría achicar el margen de la derrota de agosto”. Y agrega: “Inicialmente supieron venderse bien, como caras nuevas de la política, tipos que no estaban sucios por las costumbres ‘roñosas’ del kirchnerismo. Pero el gobierno de Macri deshilachó un tejido social que ahora hay que restablecer con medidas concretas y casi nada de plata”.

El pasto crece mucho más verde en el Frente de Todos. Alberto Fernández se perfila como un presidente prácticamente electo al que sólo le resta asumir. Con más del 47 por ciento de los votos a su favor en las primarias, su candidatura fue un éxito rotundo. Acompañado en la fórmula por Cristina Fernández de Kirchner, con quien supo tener diferencias que fueron dirimidas el año pasado, dieron el batacazo y liquidaron un modelo político cuyo fracaso quedó plasmado en las urnas.

El Frente de Todos es una coalición electoral en la que convergen espacios políticos como el Partido Justicialista, el kirchnerismo y el Frente Renovador liderado por Sergio Massa. También se sumaron la mayoría de los gobernadores peronistas, el Movimiento Evita, el Proyecto Sur –liderado por Pino Solanas–, Nuevo Encuentro –liderado por Martín Sabbatella–, la diputada Victoria Donda, el Movimiento Nacional Alfonsinista y el Partido Socialista de Buenos Aires, entre otros. El frente también cuenta con el respaldo de la Confederación General del Trabajo​ (CGT) y de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA)​.

La verdadera innovación se basó en conformar un movimiento mucho más plural que el kirchnerismo incorporando a gente que no era kirchnerista, o que lo fue y se fue enojada”, menciona De Void, y explica: “El peronismo siempre fue un lugar extremadamente machista, con algunas características muy basadas en la verticalidad y los liderazgos. Pero lograron modernizar la propuesta y se transformó en un peronismo renovado, discursivamente más progresista e inclusivo que nunca, y por primera vez estamos viendo que tiene tres o cuatro líderes importantes”.

El mayor desafío del Frente de Todos será recuperar el crecimiento económico, algo muy difícil en un contexto de altísimo endeudamiento y una situación social profundamente deteriorada”, señala Leiras, y concluye: “Va a requerir el armado de una coalición muy amplia para alcanzar acuerdos que permitan sacar a la economía del pantano en el que está, y proteger a los más pobres en un momento muy difícil”.

Foto: @alferdez