Por G. Mouesca, F. Capristo, M.Berón y C. Actis Caporale

Es una de las cuatro gobernadoras del país. Ex ministra de Desarrollo Social entre 2003 y 2015, ese año Alicia Kirchner fue elegida para gobernar Santa Cruz, provincia que su hermano Néstor ya había gobernado durante 12 años, antes de ser elegido presidente en 2003. En agosto fue reelecta y se prepara para cuatro años de gestión que, de confirmarse los resultados de las PASO del 11 de agosto, volverán a ponerla del lado de (un nuevo) oficialismo nacional.

Aunque asegura que en su vida política ser mujer no fue un obstáculo, reconoce que para muchas otras la situación ha sido y es otra.“La sociedad en la que vivimos está construida sobre bases machistas y eso implicó que nuestras conquistas hayan encontrado mayor resistencia para trascender”, dijo en diálogo con Publicable desde Santa Cruz.

¿Le costó ingresar en la política por el hecho de ser mujer?
—No, siempre fui parte de proyectos colectivos, donde todos éramos equipo. Primero desde muy joven en la militancia social, como estudiante en la universidad, en la práctica en los barrios y luego en el peronismo. Todas y todos construimos y transformamos desde la igualdad.

¿A la mujer se le hace más difícil acceder a cargos ejecutivos? ¿Cuáles fueron los obstáculos que se le presentaron a usted?
—No tuve obstáculos, tal vez por mi vocación social que es un ámbito donde la mirada de la mujer es quizás especial, pero no puedo negar la realidad de un montón de mujeres que tienen menos posibilidades por el solo hecho ser mujeres, la estructura patriarcal está enraizada en nuestra sociedad. Hay que analizarlo desde su contexto. Yo tuve la posibilidad de hacer mi carrera universitaria de grado en La Plata, donde había mucho compromiso de trabajo de todas y todos, y seguí preparándome de manera permanente en lo profesional, asumiendo distintos roles académicos y de trabajo de campo mientras estudiaba en la Universidad del Comahue mi licenciatura y luego mi doctorado. Nunca dejé de militar y de comprometerme con el otro, desde joven mi lucha fue trabajar por un Estado presente en los barrios.

¿Alguien, alguna vez, minimizó sus decisiones o ideales por ser mujer?
—No, no me ha sucedido. Siempre propongo mis ideas con pasión y mucha garra, pero no creo que sea una característica sólo mía, las santacruceñas somos aguerridas, fuertes y defensoras de nuestras ideas.

¿La Ley de Paridad en el Congreso genera inclusión? ¿Por qué?
—Es una manera de avanzar hacia lo que debería ser natural. Ojalá algún día no se necesiten estas herramientas para tener paridad de miradas, sobre todo en un órgano de representación y debate como el Congreso. Quienes trabajamos en la función pública y entendemos que la política es la herramienta para la transformación de realidades tenemos que bregar por instituciones más representativas. Y esto tiene que ser con pluralidad, paridad y diversidad.

¿Tendría que haber una reforma jurídica en la conformación de las listas para cargos ejecutivos para lograr una mayor paridad de género?
—Es bastante más complejo porque cada organización nacional o provincial es diferente. Creo que hay que seguir reforzando la participación desde las bases porque la mirada diversa y plural es la que más nos va ayudar siempre a construir las mejores políticas públicas. En este sentido, se debe comprender que las mujeres nos constituimos como sujetos políticos emancipadores y formadoras de identidad, cualquier proyecto que no lo incluya va a terminar perdiendo legitimidad con el paso del tiempo. En Santa Cruz el 50% de mi gabinete son mujeres. Debemos ser conscientes de que una democracia sin igualdad es una democracia inconclusa y esto nos afecta a todos, por eso tenemos que dar la batalla cultural y rediscutir el famoso sentido común.

En la actualidad, ¿ve algún cambio en el trato a las mujeres en la vida política?
—Por supuesto que hay cambios y los ha habido a lo largo de la historia. Las mujeres han sido protagonistas fundamentales, aunque no lo suficientemente reconocidas por sus luchas y esfuerzos. Pero las mujeres tenemos ejemplos de sobra para saber que lo imposible sólo tarda un poco más, desde Juana Azurduy, Evita y las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo hasta Cristina, dos veces presidenta de nuestro país. Creo que se trata de un proceso de cambio permanente, de un camino que debemos recorrer y que sólo está destinado a continuar sumando conquistas.

Foto: IG Alicia Kirchner