Verónica Camargo: “El asesinato de Chiara fue la gota que rebalsó el vaso de tantos hechos de violencia”

“Una multitud le dijo basta a la violencia contra la mujer”, tituló el diario Clarín en su tapa el jueves 4 de junio. Un día antes se habían movilizado más de 300 mil mujeres en todo el país, por primera vez, bajo la consigna “Ni Una Menos”. Según un informe realizado por el Observatorio de Femicidios Marisel Zambrano y la ONG La Casa del Encuentro, en 2015 hubo 286 femicidios. La cifra superaba a la del año anterior, que había sido de 225 mujeres.

El 9 de mayo del 2015, 25 días antes de la primera movilización, Chiara Páez, una adolescente de 14 años embarazada, había sido asesinada por su novio, Manuel Mansilla, de 16. Lo aberrante del crimen y la conmoción popular que generó hizo que miles de mujeres se organizaran para salir a la calle, en todo el país.  

“Marcela Ojeda fue la periodista que puso el primer tuit: ‘Nos están matando a todas, algo tenemos que hacer’ y es así como empieza a surgir. Ella me llama por teléfono para que yo viaje y me dice que estaban armando el primer Ni Una Menos”, cuenta Verónica Camargo, mamá de Chiara. Desde la ciudad de Rufino, provincia de Santa Fe, Camargo rememora las vivencias más dolorosas de su vida e intenta explicar cómo nace un movimiento que la tuvo como protagonista pero que, según considera, fue quedando a un lado por motivos ideológicos.

¿Qué le respondiste a Marcela Ojeda cuando te llamó para pedirte que asistieras al primer Ni Una Menos?
―La primera respuesta fue que no, porque era demasiado para mí. Pero ella, con mucha paciencia y cariño, me hizo ver la importancia de involucrarme y de participar. Me decía que a través de los años, cuando viera una imagen de ‘Chiari’, iba a poder pensar que por ella se había logrado esto. Y entre charlas diarias y demás me convenció. Yo siempre estuve muy comprometida con las causas sociales. Acá en Rufino participaba en distintas instituciones. Entonces respondí que sí y viajé a esa primera marcha con mis hermanos y unas amigas.

¿Pudiste darte cuenta de la dimensión histórica del hecho que protagonizaste?
―En ese momento no lo pude vivir como un hecho histórico, ni ver el significado que tuvo para nuestro país. Menos a nivel internacional. Pero recuerdo que lo viví con mucha emoción, mucho agradecimiento y compañía. Me sentí acompañada por tanta gente ante tanto horror y tanto dolor. Eso me ayudó a transitarlo de otra manera, pero me llevó tiempo verlo así.

¿Cómo fue tener que subir a un escenario y encontrarte con una multitud de gente en ese momento tan doloroso?  
―Fue todo muy duro porque me habían dicho que iba a tener que subir a hablar. Además, me habían llegado algunos comentarios de que se iba a hablar a favor de la ley de aborto. Yo, en una de las charlas que habíamos tenido con Marcela, había dicho que si se iba a hablar de ese tema no subía. No quería estar ahí acompañando algo de lo que no estoy a favor, menos cuando yo estaba con el dolor de lo que me estaba pasando. Y eso también lo agradezco porque sé que discutieron las periodistas que organizaban sobre eso y decidieron que estuviera yo y no hablar del aborto.

¿Y una vez arriba?
―Una vez arriba estaba nerviosa al ver tanta gente. Más allá de que veía una multitud, no imaginaba tantas personas. Yo creí que llenaban sólo la plaza (del Congreso) pero después, cuando llegó una amiga y me dijo que había otros que se quedaron muchas cuadras atrás y que no podían meterse tanto entre la gente, me di cuenta de que eran muchas más. 

Ocho años después, ¿qué recuerdos tenés de ese primer grupo de periodistas que se acercó a vos?
―No tengo más que palabras de agradecimiento. Hoy Ni Una Menos lo realizan otros colectivos de mujeres que nada tienen que ver con ellas, con las cuales no tengo ningún tipo de contacto. Pero ese día me sentí muy cuidada, muy resguardada. Sobre todo en ese corralito que habían armado para los familiares de las víctimas en el que dejaron entrar a las seis personas que viajaron conmigo para contenerme.

¿Por qué perdiste contacto con quienes llevan adelante el colectivo y las marchas hoy en día?
―Creo que se politizó e ideologizó más y se salió de rumbo. Se puede luchar por cuestiones que nos unen a todos independientemente de las ideologías políticas, religiosas, culturales. Antes había un hecho en común que nos unía, que era luchar contra la violencia que le puede afectar a cualquier persona. Si a mí me preguntás, digo, si el Ni Una Menos tiene que tener un color de pañuelo debería seguir siendo lila o violeta y no verde ni celeste. Por más de que yo sea provida o Chiara haya sido asesinada por tratar de defender la vida de su bebé. Creo que nada tiene que ver, es violencia.

¿Cuándo dejaste de asistir a las movilizaciones del Ni Una Menos?
―Desde que se creó el Ministerio de la Mujer a nivel nacional no participé más. Estoy en lugares en los cuales queda claro que no importa la ideología, sino que luchamos contra la violencia. Cuando se hizo pública mi postura con respecto a la vida, ahí dejé de seguir siendo apoyada por el movimiento. Nunca más me acompañaron, de hecho, en cada reclamo de justicia recibí apoyo de muchísimas instituciones, diputados, organizaciones, pero Ni Una Menos nunca sacó un comunicado pidiendo justicia o pidiendo que no le reduzcan la condena a Mansilla como terminó sucediendo.

¿Qué cambios generó el primer Ni Una Menos en la sociedad argentina? 
―Creo que sirvió para visibilizar todas estas situaciones que se venían dando, porque no fue sólo por Chiara, sino que ella fue la gota que rebalsó el vaso de tantos hechos de violencia que se venían dando. También para que surgieran muchas organizaciones, ONGs, asociaciones para trabajar las distintas violencias. Sirvió para algunos cambios de leyes, pero todavía por ahí cuesta ponerlos en práctica, llámese la Ley Micaela y demás.

Por Ezequiel Perteagudo y Diego Viquez

Ese año también…

18 DE ENERO

El fiscal Alberto Nisman es encontrado sin vida en el baño de su casa. Nisman estaba llevando adelante una investigación relativa al el memorándum con Irán, firmado entre los gobiernos argentino y iraní, en la que el fiscal había involucrado a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

5 DE AGOSTO

River campeón de la Libertadores: el equipo dirigido por Marcelo Gallardo conquista su tercera Copa Libertadores, luego de hacerlo en 1986 y 1996. El millonario atraviesa una fase de grupos muy difícil, de la que parecía estar prácticamente afuera. Con mucho suspenso, logra su pase a octavos de final y deja afuera a su clásico rival: Boca Juniors. Una vez en la final, en la que enfrenta a Tigres, su rival de fase de grupos, River empata en la ida en México, y se consagra campeón tras un 3-0 en el Monumental. 

24 DE AGOSTO

Peque Pareto campeona mundial de judo: durante el Campeonato Mundial de 2015, celebrado en Astaná, Kazajistán, Paula Pareto tiene su revancha tras perder la final en 2014 contra la japonesa Ami Kondo. El combate es contra Haruna Asami, y la argentina se lleva la victoria. Pareto fue la primera judoca nacida fuera de Asia en ganar un Mundial en una década y la segunda argentina en ganar el título; la primera fue Daniela Krukower en 2003.

SEPTIEMBRE Y NOVIEMBRE

Se da un nuevo proceso electoral en el cual resulta ganadora la coalición Cambiemos, dando por concluidos los 12 años de gobierno del Frente para la Victoria. Mauricio Macri asumió como presidente del país con el 51,34% de los votos.

4 DE NOVIEMBRE

Primer debate presidencial, transmitido en TV y radio: los tres principales candidatos presidenciales, Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa, se enfrentan por primera vez en un debate transmitido en vivo por televisión y radio. En este, abordan cuestiones en materia de economía, seguridad y otros temas que atraviesan a la población, permitiendo a los votantes evaluar de manera más informada las propuestas y visiones de cada candidato. 

Por 1° A TN